Hoy queremos empezar el año de la mejor manera posible,
con la oración. Pero no sólo eso, sino que en este comienzo de año se celebra
en la Iglesia la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Hoy os invito a
empezar la oración saludando a María de manera especial, felicitándola porque
ya Madre de Dios y contagiándonos de su alegría.
Hoy también el evangelio nos cuenta
la visita de los pastores a Belén. Éstos después de ver al niño volvieron dando
gloria y alabanza a Dios. Nosotros somos hoy esos pastores. Ya ha pasado una
semana desde el día de Navidad y es un buen momento para meditar cómo hemos
visitado nosotros el portal este año. ¿Sigo dando gloria y alabanza a Dios como
los pastores? ¿Mantengo la alegría en mí? ¿El niño Jesús ha nacido de nuevo en
mi corazón? Qué bonito sería poder empezar el año respondiendo sí a todo, manteniendo
viva la llama e iluminando todo durante este año. Sin embargo puede que
nuestra navidad no haya sido hasta la fecha como nos hubiese gustado. No pasa
nada, siempre estamos a tiempo de ir al portal. El evangelio de hoy narra: “Los
pastores fueron corriendo a Belén…” pero no dice cuándo. Así que,
empecemos el año corriendo hacia el portal, corriendo hacia el encuentro
de María, José y el Niño.
Por último destacar otra frase del
evangelio: “María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas
en su corazón.” María la madre de Dios y madre nuestra, nos mira
siempre. Nos cuida y guarda en su corazón todas las veces que nos
acercamos a ella, a ver a su hijo Jesús. Siempre tendremos un hueco en el
corazón de María. Sintámonos acogidos y confiados para afrontar este nuevo año
que comienza. Y pidamos la gracia de que al igual que Ella, seamos
capaces de aceptar todas las propuestas que Dios nos va a hacer durante este
año, guardándolas y meditándolas en nuestro corazón.
Feliz Navidad y feliz año nuevo.