Es difícil imaginarse, a los pocos días del nacimiento de Jesús
en Belén, esta escena en la que se confirma la realidad de un mundo en el que
“Dios ha muerto”. F. Nietzsche, que muere al iniciar el siglo XX, no le basta
con enunciar lo anterior sino, que afirma que a “Dios lo hemos matado”. Pues en
este texto histórico del Evangelio se cumple al pie de la letra. Cuando
intentamos borrar de nuestra vida y de nuestra sociedad a Dios, la consecuencia
es nefasta, mortal. Matamos al hombre.
Nos adentramos en la escena del texto evangélico, “como si
presente me hallase”. Aparecen, los magos, el ángel de Señor y José, en la
primera parte. Después, la huida a Egipto de la sagrada familia. Herodes, otro
de los actores, del que brota la envidia y la violencia homicida. No puede
soportar dejar de ser dios a su manera. Quizá no es consciente de esta
barbaridad pero intenta matar a Dios.
Destaca la figura de José. José obedece al ángel del
Señor sin ofrecer ninguna resistencia ni condición ante el mandato
dramático. No pone ninguna condición ante el mandato que recibe: Levántate,
toma al niño y a su madre y huye a Egipto”. Con estos tres verbos pone se pone
de manifiesto un mandato: levántate, toma y huye a Egipto… y
continúa el texto: “quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes
va a buscar al niño para matarle”. José se levantó, tomó al niño y a
su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó
hasta la muerte de Herodes…
“Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó
matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y en sus alrededores…”
¿Qué ha suscitado en mí, esta lectura de este texto del
Evangelio?
- ¿Estoy
dispuesto a levantarme cada vez que tropiezo?
- Toma
tu cruz de cada día y huye de una vida mundana y consumista
- Para
saborear esta huida con Jesús, María y José, me voy a esforzar a quedarme
quieto, a serenarme a lo largo de estos días de Navidad contemplando el
misterio del Verbo Encarnado, Jesús Niño, que nace para todos.
- ¿Estoy
dispuesto a ser testigo con mi vida, como los niños que murieron a manos de
Herodes? Con María, José y Jesús, todo lo podré.