9 diciembre 2017. Sábado de la I semana de Adviento – Puntos de oración

Hoy es un día muy especial para los que formamos parte del Movimiento de Santa María. Un día de acción de gracias por la declaración de “venerable” de nuestro querido Padre Tomás Morales. Y ¿qué quiere decir venerable? Pues que la Iglesia, después de estudiar minuciosamente su vida y su obra, declara que vivió en grado heroico las virtudes cristianas y, por tanto, que es un modelo de referencia para todos los creyentes, admirable e imitable.
Providencialmente las lecturas del día de hoy, sábado de la primera semana de Adviento, nos van a ayudar a delinear primero y meditar después sobre la figura del P. Morales.
En efecto, si leemos la primera lectura del profeta Isaías, podemos aplicarla a la persona de Tomás Morales, cuando dice: “tus oídos oirán una palabra a tus espaldas que te dice: “Éste es el camino, camina por él”. Porque algo que caracterizó toda su vida fue la constante escucha de la Palabra de Dios, para discernir la voluntad del Señor en el camino de su vida y en la de aquellos que dirigía. Gran consejero y director de almas, practicó y enseñó a practicar la discreción de espíritus. Como hijo de San Ignacio aprendió a buscar y hallar la voluntad de Dios en todas las cosas. Contemplativo en la acción, aprendió a escudriñar los signos de los tiempos como verdadero profeta de nuestro tiempo. Para los que aspiramos a la santidad en medio de las cosas y batallas de este mundo, este es un primer aspecto en el que nos sirve como modelo y como guía.
Pero hay más. Cuando, terminada su formación como jesuita, vuelve a Madrid, otea el horizonte no sólo apostólico, sino también social, para ver dónde podía ser más útil.  Al igual que Madre Teresa en Calcuta, el P. Morales en Madrid busca cuál es el sector más desatendido humana y espiritualmente. Su formación humanística y universitaria le hacían especialmente apto para el ámbito de la pastoral universitaria, pero fue en el ámbito de la juventud trabajadora donde se sintió impulsado a zambullirse, porque andaban como“ovejas sin pastor”. Nos dice el evangelio de hoy que Jesús: “Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor»”. El P. Morales, como imitador de su Señor se lanzó al cuidado humano y espiritual de los jóvenes empleados del Madrid de los años cuarenta. Y así surgió el Hogar del Empleado y todas las obras posteriores.
Y nos dice el evangelio de San Mateo: “A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis»”.
Y al igual que su Maestro y Señor, el P. Morales también reunió junto a sí a un grupo de discípulos que, entusiasmados por vivir el evangelio en medio del mundo, se lanzaron bajo la protección de la Inmaculada a hacer discípulos de Cristo, a proclamad que con Él ha llegado el reino de los cielos. Y al igual que a los primeros discípulos también hoy nosotros somos enviados a “curar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos y arrojar demonios”. Somos enviados a “las ovejas descarriadas de Israel”. Somos nosotros, los hijos del P. Morales, los que somos enviados a curar a los enfermos de desamor, a resucitar los muertos por una vida sin esperanza, a limpiar las heridas de los que sufren la lepra del resentimiento o a sacar del infierno a todos aquellos sumidos en el odio y la amargura. También hoy nosotros somos enviados a todos aquellos que, descarriados, buscan la felicidad por los caminos de un mundo sin Dios.

Todo esto es el mensaje que el P. Morales nos deja hoy. Que acogiéndonos a la protección de la Virgen Inmaculada seamos fieles discípulos del P. Morales.

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