Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo:
“Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.
Una vez que ya nos hemos puesto en
presencia de Dios pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, podemos repetir al
Señor lentamente y varias veces: “Ven Señor Jesús, ven Señor Jesús,…”.
Estamos ya casi terminando el Tiempo
de Adviento, queda menos de una semana para llegar al día de Navidad.
Pregúntate por lo tanto: ¿me estoy preparando bien para acoger al niño Dios en
mi corazón?. Sería muy bueno que aprovechases este tiempo que estás dedicando a
la oración a revisar cómo lo estás haciendo. Es tiempo de Adviento, tiempo de
espera, tiempo de clamar a Jesús que venga- “ven Señor Jesús”- tiempo de
conversión, tiempo de preparación. De preparación de los ojos, de los oídos, de
la mente y del corazón para la Navidad. Hay que poner todos los sentidos alerta
a Jesús que viene, para que nuestro despiste y el ruido externo que se genera a
nuestro alrededor no nos haga perdernos nada en estos días grandes que se
avecinan. Para que reconozcamos el verdadero sentido de la Navidad, que Dios
nos sale al encuentro y siendo grande se hace pequeño y humilde en el portal de
Belén. Celebramos que Dios se hace hombre. Celebramos que Dios se abaja, se
anonada, se hace nada, se hace polvo por nosotros para que así podamos nosotros
ser felices y dichosos. No se nos debe olvidar que debemos pedir la gracia para
prepararnos bien para este encuentro con Jesús.
Una idea muy bonita que podemos
traer a la oración y que extraemos del Evangelio que nos ofrece la Iglesia hoy
es: la alegría. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. El saludo
que da Dios por medio del ángel es un mensaje de alegría. Es una alegría enorme
porque Dios viene a la tierra a quedarse, como hará más tarde con la
Eucaristía, para siempre. Para ello se reserva a la criatura más bella jamás
creada, la Virgen María. Preservada de toda mancha y desde siempre pensada por
Dios. Y tú, ¿de verdad te alegras con la Virgen por el mensaje de que Dios se
hace hombre? ¿Cómo hago notar a los demás de que me alegro de que Dios nace en
Navidad? ¿Cómo estoy dando testimonio de ello?
Le pedimos a Dios que por medio de la
intercesión de la Virgen María, la llena de gracia, nos dé la gracia de
prepararnos bien para celebrar la Navidad y de alegrarnos y de que nuestro gozo
por ello, lo noten los demás y que seamos luz y esperanza para los que nos
rodean.