Puntos para la oración 17 febrero 2010

En un día tan señalado que es muy fácil que encontremos recursos para nuestra oración más que suficientes pues el tiempo que comenzamos, tiempo fuerte de oración, ayuno y limosna nos lo recomienda la Iglesia y por ello nos invita a empezar con nervio.

Poniéndonos en la presencia de Dios: Con la oración preparatoria que nos recomendaba Fernando Martín para todos los días, este año:

“Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean orientadas en servicio y alabanza de vuestra divina Majestad”. O bien: “Tomad y recibid…” Para en todo amar y servir”. Pidamos la gracia de conocer y distinguir las varias mociones que en el ánima se causan, las buenas para aprovechar y las malas para lanzar, como dice san Ignacio, o como dice en otra regla de discreción de espíritus: “Conocimiento de los engaños y astucias del enemigo para de ellos me guardar y de las gracias del bueno para de ellas me aprovechar.

Hoy coincide el Miércoles de Ceniza con el cumpleaños de Abe.

Nuestra oración no necesita muchas ideas, la “Espiritualidad del subir bajando” la llevamos en las entrañas y el último número de la revista “Estar” tenemos un formidable repaso y recuerdo. Pidamos la gracia de entrar por este camino que Abe sintió que se le concedía para él – como estamos palpando sobre todo los que le acompañamos más de cerca- y toda la Institución.

También la liturgia de este día nos llama a la CONVERSIÓN:

“Convertíos y creed en el Evangelio”

“Señor, cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan y los perdonas”.
“Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma, mantennos en espíritu de conversión, ayúdanos en el combate cristiano contra las fuerzas del mal.”

Dos cosas debemos tener en cuenta: 1º Que el demonio existe y 2º Que me tienta. Pues si lo hizo con Jesús como vamos a ver en el primer domingo de Cuaresma que es lanzado al desierto para ser tentado. Está muy interesado en que no llegues a ser. Dice San Agustín “¿Qué llegará a ser el hombre por que Dios se hizo hombre?”. No cesa se ensaña a las claras, arma asechanzas, “como león rugiente anda buscando a quien devorar”. Lo peor es creer que no soy constantemente tentado y busca mi punto flaco para hacer boquete”: La queja, la desgana, el desaliento, falta de iniciativa, negligencia, el desorden, no cumplir con el deber, la puntualidad, el horario, la relajación,…

San Juan de la Cruz habla de dos formas de vencer la tentación:

I. Una la más común y menos perfecta, es vencer el vicio con la virtud que contrasta con el vicio pecado o tentación. Un ejemplo: Impaciencia se vence mirando al Señor en su Pasión. De esta manera luchando contra el defecto, engendra la virtud. Es un modo de resistir pero dificultoso y menos perfecto.

II. Otro más fácil y provechoso consiste en cuando sentimos algún vicio como lujuria, ira, impaciencia, venganza, no resistir con acto de virtud contraria, sino con un acto de movimiento de amor anagógico contra tal vicio, levantando nuestro afecto hacia Dios; la unión con ÉL es como el alma se levanta de allí y se presenta a su Dios y se une a Él, queda el vicio y el enemigo defraudado y no haya a quien herir.

Apliquemos las reglas de discernimiento de espíritu pidamos luz al Espíritu Santo y fuerza a nuestra madre la Virgen Santa María y se estará realizando el milagro de nuestra conversión constantemente. Si nos damos cuenta, la pondremos por obra.

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