25/11/2012, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

Lectura de la profecía de Daniel (7, 13-14)

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Salmo responsorial (Sal 92, 1ab. 1c-2. 5)
R. El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno. R.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. R.

Lectura del libro del Apocalipsis (1,5-8)

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.»

Lectura del santo evangelio según san Juan (18, 33b-37)

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: -«¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: -«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» Pilato replicó: -«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» Jesús le contestó: -«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» Pilato le dijo: -«Conque, ¿tú eres rey?» Jesús le contestó: -«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

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