Los minutos iniciales de la oración son muy importantes. Arrancamos poniéndolos en la presencia de Dios y le decimos:
“Que todas mis intenciones acciones y operaciones sean encaminadas (ordenadas) en servicio y alabanza de Tu divina majestad”
Y la primera sea la oración del día poniendo al Señor en primer lugar de toda la parafernalia que puede venir después que se transformará en fuente de gracia porque en sus manos la hemos puesto.
Estamos en el ocaso del año. La Iglesia nos pone la lectura del Apocalipsis una visión del apóstol san Juan que nos describe el fin de los tiempos que aunque será para todos al final con el Juicio, para cada uno es con la muerte. Tiempo propicio par meditar verdades eternas: muerte, juicio, infierno y gloria. El domingo celebrábamos a Jesucristo Rey del Universo, el Cordero degollado digno de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. Contemplarle teniendo como imagen de fondo uno de los hermosos tímpanos de nuestras catedrales puede ser la mejor meditación no sólo para un día sino para todos los días de este tiempo. Por ejemplo el Pórtico de la Gloria que es el compendio grabado en piedra que mejor lo representa. Contemplarle con el halo de gloria que le da el Padre, en actitud de bendecir con la mano llagada, rodeado de los evangelistas con sus figuras representativas, patriarcas, profetas, apóstoles; el Coro de los 24 ancianos con sus instrumentos proclamando su gloria, las lamas unas salvándose y otras condenándose, nos puede llevar a afirmar nuestra fe, esperanza y caridad.
El cántico de Moisés del que habla la primera lectura: “Grandes y maravillosas-admirables- son tus obras, Señor, Dios soberano de todo.” Recitar las estrofas de este salmo 67 puede ser otra forma de hacer nuestra oración:
-Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo-El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia;
se acordó de su misericordia y su fidelidad,
en favor de la casa de Israel.- Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes.Ante el Señor que ya llega, para regir la tierra,
y regirá el orbe con justicia
los pueblos con rectitud.
¡Cuánto necesitamos de esta justicia! Pero tendremos que pasar quizá por el martirio, por cierto que hoy también se celebra al papa san Clemente I mártir. Tercero que se nombra en el canon romano del Misa. Se acercan tiempos difíciles, afirmemos nuestra fe en este Año del Fe hasta dar la vida o como decía el P. Morales ¡ojalá! La Iglesia hoy sigue siendo perseguida de una u otra forma en muchos lugares se producen masacres colectivas por reunirse a orar. Esta oración de san Clemente nos pone en contacto con los primeros cristianos candidatos al martirio como él:
Sí, Señor, haz que resplandezca en nosotros tu rostro con el bien de la paz; protégenos con tu mano poderosa… Nosotros te damos gracias, a través del sumo Sacerdote y guía de nuestras almas, Jesucristo, por medio del cual sea gloria y alabanza a ti, ahora, y de generación en generación, por los siglos de los siglos. Amén»
O con la que pone la Iglesia en este día para él: Dios todopoderoso que te muestras admirable en la gloria de tus santos; concédenos celebrar con alegría la fiesta de san Clemente I sacerdote y mártir de tu Hijo que dio testimonio.
Que Santa María Reina de los mártires nos conduzca a la vida verdadera.