¡Qué expresión más sentida la de
Jesús! “En verdad, en verdad os digo”. ¡Estas palabras resultan tan
sinceras...! Cuando Él quiere decir algo importante, empieza “En verdad te
digo”.
Oigamos cómo nos lo dice para que
nuestra audición se convierta en escucha, porque nos quiere comunicar algo
importante, quiere ser lo más cercano y sincero posible a cada uno de nosotros;
pero, para que esto ocurra, nuestra disposición debe ser de entera confianza,
creyendo más firmemente en Él y también ahondando más en nuestro silencio.
Y entonces dice: “Quien guarda mi
palabra no verá la muerte para siempre”. ¡¿Qué tristeza más grande hay que
apartarse de Dios y además ser consciente de ello!? Y quien permanece en Su
palabra con el gran deseo de la felicidad eterna, ¿no empieza ya a vivir el
Cielo en la Tierra?
“Yo soy”. No hace falta más: Él es;
Él está; está aquí, con nosotros; nosotros podemos estar con Él. “En verdad, en
verdad”: nos los dice porque sabe que estar con Él es lo más importante para
nuestra vida, pero nos lo dice sin obligarnos. Él es; Él llena de inmensa
felicidad cada rincón de nuestra vida y actividad.
San José, Santa María; enseñadme a
estar con Jesús como vosotros lo estuvisteis durante décadas.