6/4/2017, Jueves de la quinta semana de Cuaresma

Lectura del libro del Génesis (17, 13-9)
En aquellos días, Abrahán cayó rostro en tierra y Dios le habló así: - «Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios». El Señor añadió a Abrahán: - «Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones».
Salmo responsorial (Sal 104, 4-5. 6-7. 8-9)
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. 
R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. 
R.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,51-59)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: - «En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre». Los judíos le dijeron: - «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?». Jesús contestó: - «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría». Los judíos le dijeron: - «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?» Jesús les dijo: - «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy». Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

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