puntos para la oración 11 junio 2009

AYUDAR A LOS JÓVENES A SER HOMBRES DE PROVECHO CON LA AYUDA DE JESUS

He venido a pedir luz al Espíritu Santo para escribir las ideas para la oración de hoy. Después de un rato de oración en la capilla reposado. Me dirigía al sagrario y le pedía al Señor fuerza.

He rezado por dos muchachos de Secundaria. Uno de 3º que me comentaba ayer: “¡No sé qué me pasa! Me tienen manía los profesores. Somos el peor curso del Instituto.” Se desahoga un rato. Le animo y le digo: “Vamos a rezar un misterio del Rosario para que la Virgen te dé fuerzas para estudiar.” Rezamos la Salve; no se la sabía. Le animé a que la leyera cada día y terminaría aprendiéndola.

Otra madre viene con su hijo que estudia 4º para que le explique lo que puede estudiar al terminar la Secundaria. Le gusta la cocina. La madre le dice que haga otra cosa. Lo primero que tiene que hacer es aprobar la Secundaria y, si le gusta la cocina, adelante. “Esfuérzate y lo conseguirás.

He estado leyendo el evangelio de hoy.

Señor, podemos hacer el cielo en la tierra. Aceptando la voluntad de Dios en cada momento. Tenemos que ver a Dios en cada circunstancia y lugar.

Debemos ser luz para los que nos piden ayuda. Pero, sobre todo, llenarnos de esperanza y tener mucha paciencia. “La paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta” (Sta. Teresa)

Señor, la figura de Bernabé, el compañero de Pablo en la misión, me habla de la vocación de todo bautizado: ser apóstol, mensajero y testigo del evangelio.

Que tu luz me haga ver la luz, para poder iluminar a los demás y que sigan el camino del evangelio.

Te brindo esta oración que he meditado un rato. Pon delante de ella a un amigo que te gustaría que participara este año en alguna actividad nuestra. Seguro que será distinta. Piensa en aquel alumno flojo, el hijo de tu amigo, tu vecino, tu primo…

CONSAGRACIÓN
Corazón de Jesús, manantial inagotable de gracia, amor y paz.
Corazón del que nació la Iglesia.
Gracias por recibirme en ella en el bautismo.
Gracias por mostrarme en ella el rostro de tu Padre.
Gracias por enviarnos el Espíritu Santo que nos congrega y construye.
Gracias por continuar ofreciéndote en la Eucaristía que une y alimenta.
Yo me entrego y consagro a Ti. Quiero vivir en plenitud mis promesas bautismales.
Adéntrame, Señor Jesús, en tu Corazón.
Cámbiame este corazón de piedra por un corazón de carne.
Que mi corazón se parezca cada vez más al tuyo.
Que no quiera hacer otra cosa que la voluntad de tu Padre.
Préstame tu corazón herido y fuerte para que aprenda a entregarme sin reservas a la construcción de tu reino de amor, de justicia y de paz.
Amén

Con esta medicina ayudaremos a los jóvenes a salir de su egoísmo y a encontrar la felicidad verdadera cerca de Jesús.

Archivo del blog