Puntos para la oración 2 junio 2009.

COMPOSICIÓN DE LUGAR:

Hemos comenzado –hoy es el segundo día- el mes de Junio dedicado al Corazón de Jesús. Para la oración de este día nos puede ayudar vernos sentados junto a Jesús, conversando con Él como se hace con un amigo. Creo que la actitud mejor es la de escuchar con mucha atención e interés, admirándonos de lo que nos dice Jesús, sin prisas, sin querer pasar adelante.

1º. Unos fariseos y partidarios de Herodes son enviados a donde está Jesús con intención de cazarle con una pregunta capciosa.

Muchas personas quieren conocer a Jesús, se acercan a hablar con él, pero están llenas de prejuicios, de ideas preconcebidas. Es una manera irracional de actuar pero por desgracia muy común. Lo que los medios de comunicación dicen, lo que la gente comenta, la opinión que está de moda, todo eso se acepta sin más, sin pensar. No les interesa la verdad, la justicia, por el contrario quieren salirse con la suya o lo que es más común, no quieren complicarse la vida, cambiar.

2º. Le preguntan a Jesús: ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos? Jesús, viendo su hipocresía, …les replicó: Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios , a Dios.

Jesús, con esta respuesta, separa dos aspectos fundamentales de la vida: lo meramente humano, lo que es material de lo que es espiritual, lo que es de Dios. Reconoce la justa autonomía que le corresponde al hombre, por ejemplo, para elegir entre los modelos políticos, económicos,… que mejor les parezca. A la vez que también reconoce, cosa que hoy se quiere olvidar, la necesidad de dar a Dios lo que le corresponde.

Y ¿Qué es lo que hay que dar a Dios? En primer lugar lo que cada uno es, es decir, lo que guarda en su corazón. De una manera muy especial en este mes de Junio por estar dedicado al Corazón humano y divino de Jesús.

Haz que tu corazón sea noble, bueno, piadoso, sensible a la belleza, a la verdad, a la caridad, y Dios recibirá de lo Suyo; porque es del corazón de donde salen las acciones. Que tu corazón sea para Dios. Conságrate al Sagrado Corazón de Jesús. En ningún otro lugar estarás mejor que en Jesús nuestro Salvador.

Por supuesto que también hay que dar a Dios una alabanza digna y la honra que le corresponde. Por ello, debemos cumplir con las obligaciones de nuestra religión.

CONCLUSIÓN:

Con el lenguaje de San Ignacio diríamos: “reflectir sobre nosotros mismos para sacar algún provecho”.

Cada uno debe reflexionar seriamente, mirando a Jesús, cerquita de su Corazón, escuchando sus latidos, sobre el precepto principal: Amaos los unos a los otros como yo os he amado. En esto consiste toda la vida, toda justicia, tanto para con los hombres como para con Dios.

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