Iniciamos nuestra oración
- Puestos en la presencia del Señor, que vive en nuestro interior
- Invocamos al Espíritu Santo y a la buenísima Madre
- Pedimos la ayuda de los amigos fuertes de Dios (que fueron los santos)
- Y nos vamos deteniendo en aquellas mociones que el Espíritu va sugiriendo
Terminamos el rato de oración
- Haciendo breve balance del rato pasado: (en TODO ABSOLUTAMENTE me habla el Señor): incluso en la pobreza y miseria de estar sin ideas ni sentimientos…
- Concretar en una palabra, un gesto, una súplica el rato pasado (para traerlo a la memoria durante el día)
- Dar gracias al Señor siempre; porque me ha permitido pasar este ratito para mí y para El