Nos encontramos en la lectura del Evangelio de este día con uno de los textos más cortos del Tiempo Litúrgico, son tan solo tres líneas escasas.., pero no obstante y como siempre, nos deja sumamente pensativos…
I. Partimos de un hecho: Jesucristo pasa ante su familia como un demente.., alguien que está trastornado: (Mc.3,21). El dijo en una ocasión: “Los enemigos de una persona serán los de su propia familia” (Mt.10,36). Su propia familia había llegado a la conclusión de que Jesús había perdido el juicio, y de que ya era hora de que se lo llevaran a casa. Oremos un poco sobre las razones que pudieron tener estos familiares para llegar a pensar así….
A. Jesús había dejado su pueblo, su casa y su taller de carpintero…
1. Lo que diríamos hoy un trabajo seguro.., un porvenir estable…
2. Y había optado por no tener donde reclinar la cabeza.., vivir de limosna y hacerse un predicador ambulante…
B. Jesús estaba a punto de tener un choque frontal con los líderes religiosos de su tiempo…
1. Ninguna persona sensata pensaría en enfrentarse con los estamentos superiores.
C. Jesús se había rodeado de un grupo de colaboradores que dejaban mucho que desear…
1. Había entre ellos algunos pescadores..,
2. un cobrador de impuestos..,
3. y algún que otro nacionalista fanático…
4. Ningún hombre sensato escogería una pandilla de amigos así…
D. Y Jesús con su modo de actuar estaba diciendo a todo el mundo que El no dependía de esas leyes universales por las que todo ser humano se rige en la vida social. Recordémoslas también:
1. La ley de la seguridad…
a. Lo que todo el mundo buscamos desde nuestra más tierna infancia…, y aún en el seno materno…
2. La Ley del mantenimiento a salvo de cualquier incidente o accidente posible…
a. Una vez alcanzado el nivel de seguridad deseada.., hay que mantenerla a flote durante el mayor tiempo posible…
b. La seguridad da tranquilidad.., esa sensación de que “uno está a salvo” y “sin riesgos” que correr…
c. ¡El había tirado por la borda “el mantenerse a salvo…”
3. La ley del consenso público.
a. Somos parte de una sociedad y nos afecta lo que en ella se pueda decir o hacer, nos guste o no nos guste.
b. Jesús se había mostrado totalmente indiferente al “veredicto de la sociedad”. Había dado muestras palpables que no le importaba nada lo que se pudiera pensar de su persona a este nivel…
II. “Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales…” (Mc.3,21).
A. ¿Alguna vez has pasado por esta experiencia? ¿Te has sentido señalado como “no normal” en un mundo de “normales”?
B. ¿Es cómodo o es incómodo? ¿Te sientes identificado con el Cristo de la última línea del Evangelio de hoy, a nivel familiar, amical, social…?