- Este es un día de alegría, de recuperar la inocencia, de hacerse niño, de confianza… Es un día para disfrutar de la paternidad y del amor providente de Dios, que nos ama con un amor entrañable, que nos mira con misericordia infinita, y que nos regala, un día más, la vida para vivirla intensamente, para que le alabemos, le bendigamos, le reconozcamos y le demos gracias.
Comenta el P. Morales: "Hemos convertido Epifanía en bazar de regalos, esto es desvirtuar su significado. Es un día de regalos, no tanto a los niños, sino a Dios. Pero de regalos que no se compran en las tiendas. Salen del corazón".
Comenta el P. Morales: "Hemos convertido Epifanía en bazar de regalos, esto es desvirtuar su significado. Es un día de regalos, no tanto a los niños, sino a Dios. Pero de regalos que no se compran en las tiendas. Salen del corazón".
- Es un día misionero, en el que miramos el mundo, a cada persona y deseamos que todas las naciones conozcan a Jesús y le amén. Un día que nos llama a proclamar: "Ven y lo verás".
- También es un día eucarístico. Los Magos, viendo al Niño, lo adoraron. Lo dejan todo para adorar, ofrecerse. Renuncian a lo visible para descubrir la divinidad que late oculta en la fragilidad de un niño. Nosotros adoramos postrados a Jesús Eucaristía y el damos gracias por su infinito amor, por quedarse con nosotros, por su palpitar en el pan que es su Cuerpo y en el vino que es su Sangre.
Hacerse niño, ser misionero, y adorar. Tres deseos para este año nuevo, para este 2010. Tres deseos y tres regalos que en este día nos han traído los reyes Magos.
Escuchamos de nuevo las intensas emociones que el P. Morales sentía al hablar de esta fiesta:
"Cada instante millones de estrellas iluminan la tierra para la santificación de nuestras almas. Caminemos a su luz. EN el alma que vive de fe y amor, secundando las inspiraciones de lo alto, cada día se produce una manifestación nueva y más íntima de Cristo. Jesús la hará penetrar en la contemplación cada vez más profunda de sus misterios, Su vida resplandecerá más y más, como la vida luminosa del justo. Has Señor que los que en el día de hoy te conocimos por la fe, lleguemos a contemplar la belleza de tu gloria en los esplendores del cielo".