1 mayo 2010. San José obrero –Puntos de oración

¡Qué día tan estupendo para orar! Estrenamos mes y entramos en “el mes más bello del año, mayo”. El mes de las flores, el mes de la sencillez, de la hermosura, de la generosidad, de la autenticidad… el mes de nuestra Madre, Santa María. Y, además, primer sábado. Y, por si fuera poco, San José Obrero. Ánimo, pues. Entremos en nuestra oración como en los Ejercicios Espirituales: “Con grande ánimo”, nuevo entusiasmo, ¡ahora comienzo! y “liberalidad” (la medida del amor es amar sin medida). Como decía San Juan de Ávila: Antes quisiera estar sin pellejo que sin amor a la Señora.

1. FIESTA DE SAN JOSÉ OBRERO. Para llegar a Jesús y a María, San José es el mejor guía. El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero. Nada más natural que fuera el titular de la nueva fiesta cristiana José, esposo de María y padre en funciones de Jesús, el trabajador que no lo tuvo nada fácil a pesar de la noble misión recibida de Dios para la Salvación definitiva y completa de todo hombre; es uno más del pueblo, el trabajador nato que entendió de carencias, supo de estrecheces en su familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador y probablemente tuvo dificultades laborales mayores que muchos de ellos; se le conoce en su tiempo como José «el artesano» y a Jesús se le da el nombre descriptivo de «el hijo del artesano». Y, por si fuera poco, los designios de Dios cubrían todo su compromiso.

¡Ojo a cómo vivo la Doctrina Social de la Iglesia! Como se nos recordaba en el editorial de ESTAR de abril: “Urge la aparición consolidación de un movimiento de participación ciudadana a favor de un nuevo espacio para la presencia pública y la reivindicación de derechos sociales como los de la familia, la vida, la educación o la libertad religiosa… No basta con salir a la calle. Debe completarse con una presencia mediática, educativa, jurídica, política…sostenida día a día, y valiente”.

2. NUESTROS CONFINES

“Te he puesto como luz de las naciones para que lleves la salvación hasta los confines de la tierra”. Al oír esto los paganos llenos de alegría glorificaron la palabra del Señor y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron” (Act 13, 44)

Veamos cuáles son nuestros confines, nuestros nuevos areópagos: el internet, los medios de comunicación,…o quizá el vecino de casa o el compañero de pupitre o de asiento en el autobús… Pero a todos debo llegar la alegría del Señor y “eternizar” cada segundo de mi encuentro con ellos.

3. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas (salmo 97) , y está por encima de las borrascas

Nuestra vida es un salmo permanente porque Dios obra maravillas en cada uno de nosotros. La contemplación para alcanzar amor de los Ejercicios viene aquí como anillo al dedo. Dediquemos un tiempo a hacer memoria de las gracias recibidas de lo alto, en mi persona, en mi familia, en nuestro movimiento, en la Iglesia. Y cantemos un cántico nuevo porque la verdad padece pero no perece, “la victoria es de nuestro Dios”.

Os comparto un texto precioso de nuestro Papa, tras su visita a Malta: “He peregrinado a la llamada «gruta de san Pablo», que me ha hecho pensar en cómo el Apóstol mantuvo la confianza en el Señor en medio de la tempestad, y cómo un naufragio puede dar lugar también a una nueva vida. Así lo he dicho, sobre todo en el encuentro entusiasta con los jóvenes, para que no tengan miedo, pues el Amor de Dios es más grade que cualquier borrasca”

4. “Quien me ha visto a Mí ha visto al Padre” (Jn 14, 7)

En Cristo, rostro divino del hombre y rostro humano de Dios, -como nos recuerda Aparecida- lo tenemos todo. El misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del Verbo Encarnado. Por tanto, si encuentro a Cristo en los sacramentos, en el Evangelio, en la Eucaristía, en el prójimo, encuentro al Padre. San Ireneo de Lión (hacia 130-hacia 208), obispo, teólogo y mártir, en su célebre obra Contra las herejías, IV, 5 lo expresa con gran belleza:

El esplendor de Dios da vida: los que ven a Dios tendrán parte en la vida. Es por ello que el que es inaccesible, incomprensible e invisible se ofrece a nosotros para ser visto, comprendido y accesible por los hombres; él es para dar vida a aquellos que le captan y le ven. Puesto que, si su grandeza es insondable, su bondad no puede tampoco expresarse, y gracias a ella él se hace ver y da la vida a los que le ven.

Es imposible vivir sin la Vida; no hay vida si no es participando de Dios; y esta participación de Dios consiste en ver a Dios y gozar de su bondad. Así pues, los hombres verán a Dios para poder vivir... según lo que dice Moisés en el Deuteronomio: «Aquel día veremos, porque Dios hablará al hombre y éste vivirá» (Dt 5,24). Dios es invisible e inexpresable... pero todos los seres conocen a través de su Verbo que no hay más que un solo Dios Padre, que contiene todas las cosas y da la existencia a toda cosa, según lo que dice el Señor: «A Dios nadie le ha visto jamás; el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado» (Jn 1,18).

5. JACULATORIAS: Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía. Madre, totus tuus.

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