Me imagino que el evangelio de hoy,
como el del domingo pasado, ha podido cuestionar a algún joven, pues toca el
tema de la vocación... Aprovecho
la oportunidad de estas líneas para invitar a quien me lea a que ore por las
vocaciones, y si está en etapa de discernimiento, que no deje de hacerlo... Voy a responder a una sola pregunta
para que hagáis oración sobre ella: ¿Cómo saber si Dios me llama?
· Partimos de la base, y esta es,
que solo Dios sabe:
o Quién ha sido llamado...
o Quien ha sido elegido por El...
o Y quién tiene las condiciones
idóneas o necesarias para dar
una respuesta a esa llamada que Dios le ha hecho...
o Nosotros, nos acercamos a ese
conocimiento de Dios, con un pobre y limitado discernimiento...
· 1º. Se
dice.., o se cree erróneamente.., que el joven que tiene vocación, tiene que
SENTIRLA...
o El riesgo de este
criterio, es quedarse en puros sentimientos, y apenas desaparece el
elemento sensible, desaparece con él todo lo que se creía una posible
vocación o llamada.
o ¡Cuántas vocaciones no se han
suscitado en encuentros de pastoral.., charlas.., o retiros...! ¡Pero eran
meras vocaciones emocionales. Cuando desaparece la causa, desaparece también el
efecto.
· 2º. El
joven que tiene vocación, tiene que comenzar a plantearse seriamente lo que
REALMENTE QUIERE…
o Si realmente quiere seguir a
Jesucristo de cerca.., deberá poner los medios para lograrlo...
o Es el momento de la voluntad, la
cual interviene con toda su fuerza y dinamismo, entrando en acción, y poniendo
los medios para alcanzar el objetivo.
· 3º. Al
llegar a este momento de la voluntad..., más que el del sentimiento o el de las
emociones..., surge la necesidad de la VIDA INTERIOR.
o Es una necesidad imperiosa.
o Y así el orar, entre otras
cosas, se convierte en el elemento catalizador de toda vocación...
o El trato asiduo con el Señor en
el silencio de la oración, la lectura espiritual seria, los exámenes de
conciencia y la recepción de los sacramentos, van haciendo madurar la
decisión a tomar, y fortaleciendo el deseo de una entrega generosa y total...
o Sin vida interior la voluntad
estaría muy limitada.., y el dejar para asumir.., no llegaría nunca...
· 4º. Y así
llegamos a un detalle fundamental, que muchas veces pasa desapercibido…: Se
necesita TIEMPO y AYUDA EN EL DISCERNIMIENTO.
o Creo que todos sabemos que el
tiempo prueba la calidad de las obras; y lo que se hizo sin contar con
el tiempo, el tiempo se encargará de destruirlo... Hay que saber esperar
pacientemente el paso de Dios por el alma.
o San Juan de la Cruz dice: que el fruto dulce y sabroso, se
da en tierra árida y seca.
o Las mejores vocaciones han sido
aquellas en que no se ha precipitado su maduración personal. Todo tiene su tiempo, y hoy el
joven vive en una sociedad, en un mundo, en el que falta la serenidad, el saber
esperar. Todo se quiere pronto y rápido...
o Siempre ha sido mala consejera
la prisa, y más en este campo, en que está en juego nuestro destino y nuestra
felicidad...
o Además hay que ayudar al
candidato en el discernimiento. Nadie se hace olímpico de la noche a la mañana,
sin un buen entrenador... Este tiempo de espera, requiere Dirección Espiritual
seria, constante y fiel.
· Ya hemos visto:
o 1º Que la vocación no es UN MERO
SENTIMIENTO...
o 2º Que la vocación requiere una
VOLUNTAD FUERTE Y DÓCIL...
o 3º Que sin VIDA INTERIOR no
vamos a ninguna parte...
o 4º Hay que saber esperar y pedir
consejo.
· Preguntémonos antes de finalizar
nuestra oración personal en este día:
o ¿Qué he hecho yo por las
vocaciones...?
o ¿Qué hago...?
o ¿Qué puedo hacer por ellas…?
o Podemos hacer y mucho.., desde
un discernimiento serio por ver si Dios a mi me llama.., hasta esa oración de
súplica humilde y confiada que todo lo alcanza del Señor, cuando pedimos alguna
gracia para los demás...
“Señor Jesús, me impresiona verte caminar con paso firme hacia
Jerusalén, a la entrega total y plena...
Dame la confianza suficiente, para que yo acepte los nuevos retos que
la vida me vaya presentando, y vivir así con gozo tu seguimiento”. Que así
sea...