27 junio 2016. Lunes de la XIII semana de T.O. – San Cirilo de Alejandría – Puntos de oración

Me imagino que el evangelio de hoy, como el del domingo pasado, ha podido cuestionar a algún joven, pues toca el tema de la vocación... Aprovecho la oportunidad de estas líneas para invitar a quien me lea a que ore por las vocaciones, y si está en etapa de discernimiento, que no deje de hacerlo... Voy a responder a una sola pregunta para que hagáis oración sobre ella: ¿Cómo saber si Dios me llama?
·         Partimos de la base, y esta es, que solo Dios sabe:
o   Quién ha sido llamado...
o   Quien ha sido elegido por El...
o   Y quién tiene las condiciones idóneas o necesarias para dar una respuesta a esa llamada que Dios le ha hecho...
o   Nosotros, nos acercamos a ese conocimiento de Dios, con un pobre y limitado discernimiento...

·         1º. Se dice.., o se cree erróneamente.., que el joven que tiene vocación, tiene que SENTIRLA...
o   El riesgo de este criterio,  es quedarse en puros sentimientos, y apenas desaparece el elemento sensible, desaparece con él todo lo  que se creía una posible vocación o llamada.
o   ¡Cuántas vocaciones no se han suscitado en encuentros de pastoral.., charlas.., o retiros...! ¡Pero eran meras vocaciones emocionales. Cuando desaparece la causa, desaparece también el efecto.

·         2º. El joven que tiene vocación, tiene que comenzar a plantearse seriamente lo que REALMENTE QUIERE…
o   Si realmente quiere seguir a Jesucristo de cerca.., deberá poner los medios para lograrlo...
o   Es el momento de la voluntad, la cual interviene con toda su fuerza y dinamismo, entrando en acción, y poniendo los medios para alcanzar el objetivo.

·         3º. Al llegar a este momento de la voluntad..., más que el del sentimiento o el de las emociones..., surge la necesidad de la VIDA INTERIOR.
o   Es una necesidad imperiosa.
o   Y así el orar, entre otras cosas, se convierte en el elemento catalizador de toda vocación...
o   El trato asiduo con el Señor en el silencio de la oración, la lectura espiritual seria, los exámenes de conciencia y la recepción de los sacramentos,  van haciendo madurar la decisión a tomar, y fortaleciendo el deseo de una entrega generosa y total...
o   Sin vida interior la voluntad estaría muy limitada.., y el dejar para asumir.., no llegaría nunca...

·         4º. Y así llegamos a un detalle fundamental, que muchas veces pasa desapercibido…: Se necesita TIEMPO y AYUDA EN EL DISCERNIMIENTO.
o   Creo que todos sabemos que el tiempo prueba la calidad de las obras; y lo que se hizo sin contar con el tiempo, el tiempo se encargará de destruirlo... Hay que saber esperar pacientemente el paso de Dios por el alma. 
o   San Juan de la Cruz dice: que el fruto dulce y sabroso, se da en tierra árida y seca.
o   Las mejores vocaciones han sido aquellas en que no se ha precipitado su maduración personal. Todo tiene su tiempo, y hoy el joven vive en una sociedad, en un mundo, en el que falta la serenidad, el saber esperar. Todo se quiere pronto y rápido...
o   Siempre ha sido mala consejera la prisa, y más en este campo, en que está en juego nuestro destino y nuestra felicidad...
o   Además hay que ayudar al candidato en el discernimiento. Nadie se hace olímpico de la noche a la mañana, sin un buen entrenador... Este tiempo de espera, requiere Dirección Espiritual seria, constante y fiel.

·         Ya hemos visto:
o   1º Que la vocación no es UN MERO SENTIMIENTO...
o   2º Que la vocación requiere una VOLUNTAD FUERTE Y DÓCIL...
o   3º Que sin VIDA INTERIOR no vamos a ninguna parte...
o   4º Hay que saber esperar y pedir consejo.

·         Preguntémonos antes de finalizar nuestra oración personal en este día:
o   ¿Qué he hecho yo por las vocaciones...?
o   ¿Qué hago...?
o   ¿Qué puedo hacer por ellas…?

o   Podemos hacer y mucho.., desde un discernimiento serio por ver si Dios a mi me llama.., hasta esa oración de súplica humilde y confiada que todo lo alcanza del Señor, cuando pedimos alguna gracia para los demás...

“Señor Jesús, me impresiona verte caminar con paso firme hacia  Jerusalén, a la entrega total y plena...

Dame la confianza suficiente, para que yo acepte los nuevos retos que la vida me vaya presentando, y vivir así con gozo tu seguimiento”. Que así sea...

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