1. Oración
preparatoria: hacemos la señal de la cruz y nos
ponemos en la presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y
rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios(EE 46): “Señor,
que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en
servicio y alabanza de tu divina majestad.”
2. Petición. Hoy, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, utilizamos como
petición la oración colecta de la misa: “Dios todopoderoso, al celebrar
la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito , recordamos los beneficios de
su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una
inagotable abundancia de gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”
3. Composición
de lugar. (una imagen que nos ayude a
centrar la imaginación al hacer la oración): Jesús el Buen Pastor de nuestra
alma. Nos lleva sobre sus hombros. Nos conduce a través de la cañada oscura de
la vida. Confío en él.
4. Puntos para
orar:
En este día del Corazón de Jesús
celebramos y consideramos su amor por todos y por cada uno de nosotros. Podemos
coger como materia de nuestra oración el salmo 22. La primera lectura y el
evangelio nos ponen delante la imagen del Señor como el Buen Pastor. Por el gran
amor que nos tiene, Jesús se encarno en el seno de María la Virgen y vino a
buscarnos cuando estábamos perdidos y éramos incapaces de volver a él.
Propongo leer muy despacio este breve y
delicioso salmo. Repetirlo una y otra vez hasta aprenderlo de memoria. Cada
frase nos puede esponjar el alma y ser fuerza y alimento durante todo el día.
El Corazón de Jesús es el Pastor de la Iglesia y de mi alma en particular. Este
salmo se le atribuye a David, el rey que fue pastor en su juventud y que
consideraba al pueblo que regía como las ovejas del Señor (cf. 2 Samuel 24,17).
Está lleno de preciosas imágenes a considerar, llenas de símbolos: la mesa de
la eucaristía (“preparas una mesa ante mí” “mi copa rebosa”),
el sacramento del bautismo (“me conduce hacia fuentes tranquilas”),
de la confirmación, del orden o de la unción de los enfermos (“me unges
la cabeza con perfume”), la esperanza de la vida eterna (“habitaré
en la casa del Señor por años sin término”); el Magisterio de la
Iglesia., la jerarquía, el Papa (“tu vara y tu cayado me sosiegan”),
etc.
Considerar
que este año además se da la coincidencia de ser el primer viernes del mes de
junio (mes del Corazón de Jesús) y del Año de la Misericordia. También tener
presente que estamos comenzando nuestra Campaña de la Visitación.
Salmo 22 Salmo de David.
El Señor es mi pastor, nada me falta:en verdes praderas me hace recostar;me conduce hacia fuentes tranquilasy repara mis fuerzas;me guía por el sendero justo,por el honor de su nombre.Aunque camine por cañadas oscuras,nada temo, porque tú vas conmigo:tu vara y tu cayado me sosiegan.Preparas una mesa ante mí,enfrente de mis enemigos;me unges la cabeza con perfume,y mi copa rebosa.Tu bondad y tu misericordia me acompañantodos los días de mi vida,y habitaré en la casa del Señorpor años sin término.
5. Unos minutos
antes del final de la oración: Diálogo
con la Virgen en este inicio de la Campaña de la Visitación. Avemaría.
6. Examen de la
oración: ver cómo me ha ido en el rato de
oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y
volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha
costado más. Hacer examen de las negligencias al preparar o al hacer la
oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para enmendarlo.