Releyendo estos días la exhortación
Evangelii Gaudium, del papa Francisco, me ha iluminado para actualizar a
nuestros días el texto de la conversión de san Pablo, y sentirnos y sabernos,
cada uno de nosotros, en este camino de conversión y de misión que cambio la
vida de Saulo y que debe cambiar nuestras vidas.
Me fijo en tres momentos del relato
de la conversión.
1. Pablo perseguidor. La evangelización
Pablo: soy judío, aprendí hasta el último detalle de la ley… y
perseguí a muerte a este nuevo camino (cristianos), metiendo en la cárcel,
encadenados a hombres y mujeres…para que los castigaran
Francisco: ...la evangelización está
esencialmente conectada con la proclamación del Evangelio a quienes no
conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado. Muchos de ellos buscan a
Dios secretamente, movidos por la nostalgia de su rostro…. Todos tienen el
derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo
sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien
comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable.
La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción»” (15)
Nosotros: Pensemos en tantos que, como Pablo, nos
parecen alejados y perseguidores, y pidamos para ellos la luz del evangelio.
Pidamos que se encuentren con Jesucristo. Que su luz les toque el corazón.
Seamos nosotros evangelizadores por atracción
2. La conversión
Pablo: ¿Qué debo hacer Señor?
Francisco: “… Siento una enorme gratitud por la
tarea de todos los que trabajan en la Iglesia. No quiero detenerme ahora a
exponer las actividades de los diversos agentes pastorales, desde los obispos
hasta el más sencillo y desconocido de los servicios eclesiales… el aporte de
la Iglesia en el mundo actual es enorme. … cuántos cristianos dan la vida por
amor: ayudan a tanta gente a curarse o a morir en paz en precarios hospitales,
o acompañan personas esclavizadas por diversas adicciones en los lugares más
pobres de la tierra, o se desgastan en la educación de niños y jóvenes, o
cuidan ancianos abandonados por todos, o tratan de comunicar valores en
ambientes hostiles, o se entregan de muchas otras maneras que muestran ese
inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre.
Agradezco el hermoso ejemplo que me dan tantos cristianos que ofrecen su vida y
su tiempo con alegría. Ese testimonio me hace mucho bien y me sostiene en mi
propio deseo de superar el egoísmo para entregarme más”.
Nosotros: Aquí tienes un gran elenco de
posibilidades para hacer… seguro que conoces otras más. plantéate que debo
hacer…
3. Testigos de Jesucristo
Pablo: El Dios de nuestros padres te ha
elegido para que conozcas su voluntad… porque vas a ser testigo… no pierdas
tiempo levántate, recibe el bautismo….
Francisco: “…En
todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza
santificadora del Espíritu que impulsa a evangelizar… En virtud del Bautismo
recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo
misionero. Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la
Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador... La
nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los
bautizados. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada
cristiano, para que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues
si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no
necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar
que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en
la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no
decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre
«discípulos misioneros».”
Nosotros: No perdamos tiempo. Como bautizados escuchemos las
mismas palabras, ¡levántate! Y activa la llamada del espíritu que tienes desde
el día del Bautismo.