28 enero 2017. Sábado de la tercera semana de T. O. – Santo Tomás de Aquino – Puntos de oración

Es importante comenzar la oración sintiéndose cerca del Señor; sintiendo su presencia que te envuelve, que te ama. Sintiendo la dulzura de Dios.
Dos puntos tiran de nosotros para ayudarnos en este rato de oración; por un lado la fiesta de hoy: Santo Tomás de Aquino. Que gran alegría me produce saber que la Iglesia ha sido capaz de dar vida en su historia a un personaje como éste. Tomás es el ejemplo más claro de cómo se puede conjugar en la Iglesia la ciencia y la fe, y todo ello vivido en medio de una vida plena de virtudes, hasta el heroísmo. En la presentación adjunta puedes leer la vida de este santo narrada por el padre Morales y escuchar al final alguno de los himnos compuestos por él. Dedica unos minutos que vas a disfrutar.
Un segundo marco nos ayuda en la oración de hoy y es la lectura del Evangelio que nos propone la liturgia. Te invito a un crucero por el mar de Tiberiades. En la barca también viaja Jesús y viene cansado, muy cansado de las largas jornadas de predicación. Está tan cansado que se queda dormido en la popa, sobre un almohadón. Mientras tanto se levanta una tormenta. Los vientos y las olas zarandean con fuerza la débil barca. El miedo se apodera de todos los presentes, salvo de Jesús; ¡que está dormido!
Esta situación es fiel reflejo de lo que sucede hoy en nuestro mundo y en nuestra Iglesia. Jesús, más tarde, nos echará en cara nuestra falta de fe; por eso nos volvemos al maestro y le decimos: “Señor, creo pero aumenta mi fe”.
La conversión del mundo no se va a producir a base de enormes presupuestos, de grandes planes de evangelización, de muchas conquistas cristianas, de muchas vocaciones religiosas. Sino de mucha humildad y por lo tanto humillación. Del “subir bajando” que tanto insistía Abelardo. Por todo esto ten fe y aguanta al lado del maestro, parece dormido pero te garantizo que está pendiente de cada uno de sus hijos.
Que tu oración se desarrolle en esta situación: tú al lado de Jesús dormido en medio de este mundo que parece loco. Háblale bajo, para que no se despierte y, sobre todo, ten fe.

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