26 enero 2017. Jueves de la tercera semana de T. Ordinario – Santos Timoteo y Tito – Puntos de oración

Antes de comenzar a meditar la Palabra, conviene, siguiendo el consejo de San Ignacio de Loyola purificar nuestra intención y caer en la cuenta de lo que quiero. Puede ayudar para ello repetir con el corazón, muy despacio, la siguiente oración del mismo Ignacio: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de vuestra divina majestad”.
Después de orientar toda nuestra persona hacia Dios, leemos las lecturas del día, y encontramos en la primera: “te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio”. Reavivar, por tanto el deseo de Dios, entro en oración con los mayores deseos posibles de reavivar el don de Dios.
El Evangelio es claro, pues es conocido, y además es el mismo Jesús quien nos lo explica.
Leamos lentamente el Evangelio, y leamos nuestra vida por medio de él. El Señor (Sembrador) hoy viene a mí (terreno). Reavivar el deseo de Dios...

Terminar con el examen de la oración y la oración de Ignacio: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de vuestra divina majestad”.

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