10 marzo 2017. Viernes de la I semana de Cuaresma – Puntos de oración

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.
Una vez que ya nos hemos puesto en presencia de Dios pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, podemos repetir al Señor lentamente y varias veces: “Jesús en Ti confío, Jesús en Ti confío,…”.
Hemos empezado la Cuaresma, que es tiempo de especial encuentro con el Señor, de acompañar al Señor en el desierto. En ese desierto donde sólo estemos Él y yo para así poder encontrarnos y convertirme definitivamente a Él. Para ello la Iglesia nos invita a mirar nuestro interior, reconocernos pecadores y pedir a Dios su perdón, gozando así de su Misericordia; en definitiva, prepararnos para el misterio pascual.
Los que creemos en Dios, porque le conocemos, hemos recibido un grandísimo don inigualable. Somos como los discípulos de Jesús, gozamos de su presencia cercana y Jesús nos explica las escrituras porque como dice el Evangelio: "a vosotros se os ha concedido conocer el significado de la parábola". Somos unos privilegiados por conocer a Jesús y reconocerle en su Palabra. Sabemos a ciencia cierta la gran misericordia de nuestro Dios, por lo tanto ofenderle y darle la espalda es un acto consciente para nosotros porque sabemos lo que nos ama. Esa ofensa es un acto libre y por lo tanto somos nosotros quienes decidimos apartarnos del Él eligiendo ser condenados y desear la muerte para siempre, ya que le damos la espalda. Por otro lado, el que no tiene la gran dicha de conocer a Dios, comete sus pecados de manera inconsciente ya que no conoce al Señor y por lo tanto no elige ofenderle libremente, por ello su pena es menor que la nuestra; su conversión le logra la salvación si vive en amor a Dios. La primera lectura de hoy nos ayuda a comprender que somos unos privilegiados porque nos hemos encontrado con el Señor.
¡Qué gran Misterio!, ¿por qué Dios me ha elegido a mí y me ha llamado a ser su amigo y tanta gente no lo conoce?, ¿por qué me has elegido Señor sin merecerlo?. Me has dado a conocer los secretos de tu Reino, ¿cómo te responderé?

Le pedimos a la Virgen María, la mujer fiel, nuestra madre, que nos ayude a permanecer fieles al Señor, que tanto nos ama, para ser felices siempre. Le pedimos que ayude a tantos que no conocen a Dios e interceda para que se encuentren con Él. Ayúdanos Madre para que estemos atentos y disponibles para facilitar este encuentro.

Archivo del blog