Precioso día en el camino cuaresmal,
la encarnación del Señor. Comenzamos con la oración de manos de María:
“Que todo en este día, mis actos, mis
pensamientos, mis deseos, sean para gloria y alabanza de Dios. Como tú, María,
ayúdame a decir SI a Dios
en cada momento de este día. Que mi boca y mi corazón vayan al unísono
diciendo, ¡Hágase en mi según tu palabra!”
En el evangelio de hoy escuchamos
palabras dichas a María:
- Alégrate
- Llena de gracia
- El señor está contigo
- No temas
- Darás a luz
- Le pondrás por nombre Jesús
- El Espíritu vendrá sobre ti
Cada una de ellas nos abre al mundo
interior de Dios, de su gracia y amor.
- Alégrate: la palabra de presentación de Dios siempre, con
cada hombre y en cada situación. La alegría. María la escucha pronunciada sobre
ella. ¿cómo llega hoy a tu vida?
- Llena de gracia: Dios en ella, dentro, rodeándola, y ella
acogiendo el regalo. Todo es gracia, dirá San Pablo. ¿te sabes sostenido por la
gracia de Dios y lo vives?
- El Señor está contigo: Estaba, está y estará. Te lleva de
la mano y sostiene. ¡Siéntelo así hoy!
- No temas: SI Dios va contigo no puedes temer. Revisa tus
miedos y pon detrás de cada uno el titulo… no te temo. Dios me ha prometido su
amor
- Darás a luz: María y cada uno de nosotros, tenemos la
misión de traer a Dios al mundo, a nuestros ambientes, para que lo llene todo.
Es nuestra vocación, en medio del mundo. Para que en el mundo cada día se
realice la Encarnación
- Le pondrás por nombre Jesús: San Antonio de Padua tiene
una hermosa oración al nombre de Jesús. “Jesús nombre dulce y consolador,
esperanza de eterna dicha, alegría del corazón, miel en los labios”
- El Espíritu vendrá sobre ti: vino sobre María, y viene
sobre cada cristiano desde el día del bautismo para sostenernos. Sólo hay que
dejarse llevar
A todo ello María contesta: Aquí está
la esclava del Señor, Hágase en mi según tu palabra.
Recordamos la clave de nuestro
carisma, que vivimos recordando la Encarnación: HAGASÉ. AQUÍ ESTOY.
Lo renovamos hoy. Unidos todos y
pidiendo por todos, sosteniéndonos en la oración, la entrega, y la misión.