9 marzo 2017. Jueves de la I semana de Cuaresma – Santa Francisca Romana – Puntos de oración

Estamos a mediados de semana, jueves. Busco un rato para meditar y ponerme en paz con Dios. Me sobran ideas y me falta tiempo para quedarme solo. Me pongo en presencia de Dios.
La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf Homilía, 8 enero 2016). (Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2017)
Camino seguro hacia Pascua
Un tiempo de ayuno, oración y limosna
Ayudar al necesitado y amando a todos con corazón cristiano.
Respetando y abriendo las puertas de nuestro corazón
Encontrar la misericordia en Dios padre por medio de la reconciliación
Saber crecer en amistad con Cristo y olvidar todo rencor
María modelo de fidelidad preparar con alegría el centenario de las apariciones de Fátima
Abrir el corazón a la palabra de Dios.
La lectura nos dice de cambiar nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación.
El Salmo dice: cuando te invoqué, me escuchaste. Cuántas personas me dicen: «reza por mí, que tú estás más cerca de Dios». Yo le digo: «Tú también puedes rezar y pedir a Dios» Cuando te invoqué, me escuchaste.
La semana pasada fallecía una señora de 50 años, esposa y madre. Es triste ver sufrir y morir a una persona a esta edad. Pero el año pasado, a raíz de su enfermedad, visitamos una comunidad contemplativa y quedó fascinada de la paz que recibió en la visita. Ella con su cáncer avanzado se ha ido preparando a bien morir. Estando ingresada, animé al capellán a que la preparara para recibir el perdón de Dios por medio de la confesión. Y un día recibió tres sacramentos: confesión, comunión y unción de enfermos. Nos ha dejado un mensaje de paz, esperanza; siempre sonreía a pesar de su enfermedad. Me recordaba a Santa Teresita: amar, sufrir, siempre sonreír. Daba gracias a Dios por la misericordia que había derramado en su corazón
El evangelio corto pero con un mensaje vivo y real. «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden! Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los profetas».

Si alguien nos pide pan, ¿qué le damos? Solo consejos. Pero hoy quizá, en esta cuaresma, puedo pedir la gracia de escuchar a algún pobre, preguntarle: ¿cómo te llamas?; mirarle a los ojos, desayunar con él. A veces, si damos dinero, quizás no sea lo mejor; pero la comida es segura. Servir a Cristo presente en el hermano y experimentar que cada persona es un don.

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