Es domingo, día del Señor. Y hoy el
asunto va de miradas y cegueras. ¿Algo lejano a nosotros? Dios quiere sanar en nosotros esas dioptrías que ni
oftalmólogos ni cardiólogos pueden aliviar: las del alma.
Purifico mi oración antes de
comenzar, le pido a Dios que haga Él lo que deseo pero soy incapaz de conseguir
por mí mismo: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean
puramente ordenadas en servicio y alabanza de vuestra divina majestad”.
La primera
lectura relata el
descubrimiento de David como futuro rey de Israel. Entre sus hermanos, buscaban
el más apuesto y brillante a los ojos humanos, sin embargo el Señor de Israel
dijo: «No te fijes en su apariencia ni
en lo elevado de su estatura, porque lo he descartado. No se trata de lo que
vea el hombre. Pues el hombre mira a los ojos, mas el Señor mira el corazón».
Dios cuando mira, ve de manera
distinta a nosotros. Nosotros, para aprender a mirar bien, debemos fijar la
mirada en Su Corazón, para empaparnos de Su Mirada, de su manera de amar.
Leer a la luz del salmo, aquellos acontecimientos
que son centrales aquí y ahora en mi vida: “el Señor es mi pastor, nada me
falta”. ¿No es la fe aprender a mirar la vida, a los demás y a uno mismo, como nos
ve Dios?
Ya lo decía Benedicto XVI, al concluir los ejercicios
espirituales para la curia romana, el 23 de febrero de 2013, antes del final de
su pontificado.
Creer no es otra cosa que,en la noche del mundo,tocar la mano de Diosy así, en el silencio,escuchar la Palabra,ver el Amor.
Hasta aquí la ambientación de la
oración, el telón de fondo que contextualiza la escena del Evangelio en la que durante la oración nos
adentraremos. El ciego de nacimiento soy yo. ¿Cuáles son mis cegueras? Pedir al
Señor que me ayude a descubrir (que no me pase desapercibidas) las situaciones
en las que ya está mezclando saliva con tierra y la
está frotando en mis ojos.
En la noche del mundo…, en la
oscuridad de mi mirada apagada, Señor estás Tú. Mi ceguera, es la ocasión
propicia para dejarme encontrar por Ti, y aprender a mirar todo de una forma
renovada: con tu Corazón.