14 junio 2022, martes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Me gustaría hacerme eco de las palabras del Papa en la homilía de canonización de Carlos de Foucauld, que están en consonancia con el evangelio de hoy. Lo que nos constituye es el amor. El amor que Dios tiene por nosotros. Él nos ha amado primero y nada puede privarnos de su amor.

Si nos constituye y es Dios el responsable, ¡qué alegría! Pero también, ¡qué responsabilidad! Si no amo, me voy destruyendo, voy siendo menos persona, menos hijo, menos hermano. Por eso, debemos dejarnos amar en la oración, dejarnos mirar, dejarnos tocar por Él. Dejarnos transformar por el Espíritu.

Nos comenta en la homilía el Papa, ¿cómo miro yo al pobre la que doy limosna? ¿Cómo le toco? Y pobres somos todos, todos estamos necesitados. Por eso la importancia del sacramento del hermano, ver a Cristo en los demás. Palpar a Cristo en los demás. Si nos mueve el amor como a la Virgen, que la impulso a ir a ayudar a su prima, no podemos seguir viviendo igual. Mi vida, dentro de la cotidianeidad, de la sencillez, debe estar movida por el amor, por el servicio, por el olvido de sí.

Nos dice el Papa: siempre el amor que yo doy va unido al amor de Cristo. Yo diría necesito que su amor me mueva, me ilusione, more en mí. Eso es lo que tenemos que pedir hoy. Señor, renuévame, cambia mi corazón por el tuyo. En esta operación del cambio de corazón el cirujano será el Espíritu Santo. Pidámosle que lleve a buen término la operación.

Os dejo un texto por si os ayuda:

Y, en concreto, ¿qué significa vivir este amor? Antes de darnos este mandamiento, Jesús les lavó los pies a sus discípulos; y después de haberlo pronunciado, se entregó en el madero de la cruz. Amar significa esto: servir y dar la vidaServir significa no anteponer los propios intereses, desintoxicarse de los venenos de la avidez y la competición, combatir el cáncer de la indiferencia y la carcoma de la autorreferencialidad, compartir los carismas y los dones que Dios nos ha dado. Preguntémonos, concretamente, “¿qué hago por los demás?”. Esto es amar. Y vivamos las cosas ordinarias de cada día con espíritu de servicio, con amor y silenciosamente, sin reivindicar nada.

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