"Por sus frutos los conoceréis".
A las puertas de un verano misionero de todo el Movimiento, esta
sentencia de Jesús parece una llamada a contemplar la obra del Espíritu en
nuestra institución verano tras verano. Siguiendo al Padre Morales, tratamos de
vivir las vacaciones imitando a la Virgen, y los frutos son incontables, la
mayoría desconocidos.
En Gredos, nuestra Madre ha forjado corazones gigantes y los ha llenado
de deseos de santidad. Los ha lanzado a la misión cerca y lejos y ha labrado
vocaciones a la vida familiar, consagrada y sacerdotal que no dejan de
fructificar.
Contemplando la vida sencilla y entregada de tantos que han pasado por
la escuela de la visitación, queremos entrar en ella llenos de fe y esperanza,
sabiendo que la Virgen también quiere cobijarnos bajo su manto y ponernos junto
a Jesús.
Pidamos ser capaces de aprovechar y transmitir el legado del P. Morales y Abelardo, y que el fruto de su entrega también se manifieste en nuestra vida.