3 junio 2022, viernes de la 7ª semana de Pascua. Santos Carlos Luanga y compañeros, mártires. Puntos de oración

En esta semana en que estamos muy cerquita de María, preparándonos para recibir el Espíritu Santo, hoy nos presenta la Iglesia unas lecturas que nos ayudarán a acercarnos más todavía a nuestra Madre.

Las palabras de Festo, en la primera lectura, nos recuerdan las persecuciones que tuvo que sufrir san Pablo por ser predicador incansable de la resurrección de Cristo. Predicador incansable y también audaz, porque ve en su prisión y juicio la oportunidad de introducirse en el centro del Imperio y llevar hasta allí el mensaje del evangelio. Pidamos en la oración de hoy el don de la audacia en nuestro testimonio cristiano, sin respetos humanos, abiertos a la voz del Espíritu.

El salmo 102 nos recuerda, tras la celebración de la Ascensión del Señor el domingo pasado, que nuestra vida “camina hacia la altura de un dichoso y riente paraíso; que es la vida una excursión que va a la eterna mansión”, como dice la letra de uno de los antiguos himnos campamentales. Mientras “subimos las cuestas escarpadas, meditando que nuestra vida es lucha”, sabemos que la bondad de Dios se levanta sobre nosotros y aleja nuestros delitos. Nos anima a poner en el Cielo nuestro tesoro, y a orar bendiciendo a Dios.

En el centro de nuestra oración de hoy podemos poner el diálogo de Jesús con Pedro, que quizás hayamos meditado muchas veces. Puede bastarnos simplemente en releerlo despacio, saboreándolo, haciendo resonar en nuestro corazón las palabras de Jesús, dirigidas a cada uno de nosotros:

¿Me amas? ¿Me amas de verdad? ¿Realmente me quieres?

¡Cómo no vamos a decirle al Señor que le queremos!

Vamos a decírselo con todo el corazón: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”.

Él nos responderá: Sígueme, apacienta a mis ovejas, pero dejándote llevar por el Espíritu. Sí, porque el Espíritu Santo es quien nos lo enseña todo y nos va recordando cada momento del día lo que Jesús quiere para cada uno de nosotros.

¡Ven, Espíritu Santo! 

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