23 junio 2022, jueves de la 12ª semana de Tiempo Ordinario. Natividad de San Juan Bautista. Puntos de oración

María, el día de la Visitación del arcángel escuchó: Isabel, tu prima, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios (Lc 1).

Y ese imposible de Isabel, el Espíritu lo hizo posible: Juan nació. 

En medio de la campaña de la Visitación, nace Juan. No gracias a María. Es gracias a la obra del Padre, por medio del Espíritu Santo, en Cristo el Señor. Pero Juan dio un salto en el vientre de Isabel al sentir la presencia del Salvador, portado por María. 

En medio de nuestra campaña de la Visitación, mirando a María, imitándola, veremos la Vida divina brotar a nuestro lado. Esto con una condición: el olvido del yo (venciendo la pereza, dejando lo mejor para los demás y no quejándonos). Cuando uno ya no está centrado en sí mismo, tiene hueco en su interior, para el prójimo, para Dios. 

Juan Bautista nace en un contexto del olvido del yo:

·                                          María, ya embarazada, se pone en camino. 

·                                          San José, sin entender, repudia a María a la vuelta. 

·                                           Zacarías, con la lengua atada, confirma el nombre de Juan.

La vida divina nacerá a mi alrededor si yo desparezco en confianza. Aceptar con gozo, pedir la gracia de desaparecer en confianza. Vida oculta…

Por eso Juan vive desapareciendo, preparando los caminos del Señor. ¿Cómo te imaginas el Instagram de Juan el Bautista? ¿De quién hablarían sus publicaciones?

Qué privilegio en un día como hoy, reconocer la propia vida gastada, entregada, en vida oculta, ofrecida por amor al Señor, para que Él aparezca, para que las almas tengan Vida, y Vida en abundancia. 

Qué inmenso privilegio reconocer la vida ofrecida, consagrada al Señor, para su gloria, haciendo vida el principio y fundamento de Ignacio. 

Y si en nuestra vida nos buscamos a nosotros mismos, si estamos aún demasiado pendientes de nosotros mismos, qué día más apropiado para pedir la gracia ser un precursor del Señor de la Vida… 

Gracias Señor, por habernos elegido para emplear la vida en el oficio de amar, desapareciendo para que Tú reines en cada corazón. Con Juan el Bautista, como María.

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