A veces al despertarnos tenemos la sensación de que lo que hemos soñado
ha ocurrido de verdad. Cuando Dios se manifiesta de esta forma, según los
relatos bíblicos, el destinatario se ve realmente movido por el mensaje
recibido y, cuando despierta, lo trata de poner por obra.
Es lo que le pasa a José, que era justo y tenía un deseo verdadero de
agradar a Dios. Recibe un mensaje mientras duerme y no duda sobre si es o no
real. La experiencia de Dios hecho niño afecta a nuestra vida de una manera que
no podemos negar, y el anuncio de esta noticia nos lleva a esperarle con la
conciencia de que su llegada está cerca y viene para que le acojamos en nuestra
vida, no de forma abstracta sino autentica, dejando que me transforme.
Vivamos estos últimos días de adviento tomando como ejemplo las actitudes de José: en apertura total, con la tranquilidad de quien sabe que Dios viene a salvarlo, que su plan es siempre mejor que el nuestro, que estamos llamados a amar olvidándonos de nosotros mismos, que la Navidad es servicio.