4 diciembre 2022, domingo de la 2ª semana de Adviento. Puntos de oración

Las lecturas de hoy nos hablan de Isaías y de Juan Bautista, dos personajes Top del adviento. Isaías nos habla del reino, por esto el adviento es tiempo de esperanza.  Juan nos dice la forma de alcanzar ese reino, por esto el adviento es tiempo de conversión. 

Isaías es, de todos los libros bíblicos, quien más y mejor nos habla de la utopía. El mundo y la sociedad descritos en la primera lectura no existen, pero los deseamos y por ello los esperamos. No obstante, es necesario que incorporemos nuestras personas al esfuerzo de hacerlos posibles. 

El evangelio nos presenta la figura de Juan el Bautista, el precursor del Señor, que invita a la conversión. Obviamente, que el Hijo de Dios asuma la debilidad de nuestra carne es don de Dios. Nosotros no lo merecemos, pero es imprescindible nuestra conversión para acogerlo. El Bautista nos invita a convertirnos porque está cerca el reino.

El Bautista nos enseña el camino de la conversión con tres signos:

a)     Nos exhorta a la penitencia. Penitencia que no se refiere tanto a actos ascéticos, sino a un cambio de mentalidad, a volverse a Dios, a convertirse.

b)     Administra el bautismo. Su bautismo era solo de agua y se realizaba por inmersión. Era un bautismo como signo de renovación moral, anticipo del que anuncia: Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

c)     Confesión de los pecados por parte de los bautizados. Confesiones públicas y personales, sobre todo aquellos pecados que fueron en perjuicio del prójimo. En Mc (1,5) se habla de un bautismo en el que confesaban sus pecados.

El Bautista nos invita a convertirnos porque está cerca el reino. No dice que nos convirtamos para que llegue el reino. Hemos de convertirnos como respuesta al don del reino que Dios nos regala en Jesucristo. El reino llegará con nosotros o sin nosotros. Para que nosotros podamos participar en él, se precisa nuestra conversión. 

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