19 diciembre 2011. Lunes de la cuarta semana de Adviento – Puntos de oración

El que viene llegará sin retraso y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque Él es nuestro Salvador” (Heb 10,37)

Estas palabras de la antífona de entrada de la Misa de hoy nos pueden servir de inicio a nuestro rato de oración.

El que viene llegará sin retraso. Estos tiempos de Dios son distintos de los nuestros, y por eso la esperanza se nos apaga en ciertos momentos. Pero Dios es fiel y cumple siempre sus promesas. Es preciso esperar confiadamente, como lo hicieron:

  • Ana, la madre del profeta Samuel
  • Sara, la esposa de Abrahán y madre de Isaac
  • La esposa de Manoj y madre de Sansón
  • Isabel, la madre de Juan el Bautista
  • María, la Madre de Jesús

Dios rompe los esquemas habituales y, para realizar el plan salvador de su pueblo, se sirve de criaturas humanamente descartadas. Se verifica así la constante bíblica de la preferencia de Dios por los instrumentos pobres.

Dios es el totalmente otro, desconcertante con frecuencia, imprevisible a veces, pero siempre el que ama al hombre.

La invitación del Apóstol Santiago: “Sed contantes, hermanos, hasta la venida del Señor”, nos recuerda que la certeza de la gran esperanza del mundo se nos da y que no estamos solos. Dios no está lejos del hombre, sino que se ha inclinado hacia él y se ha hecho carne (Jn 1, 14).

Con esta confianza hagamos nuestra oración, sabiendo que, a su tiempo, Dios hará que se cumplan nuestras esperanzas, lo mismo que se cumplieron las de las mujeres que se nos proponen en este día.

¡Feliz Navidad a todos!

Abramos el corazón a Cristo y se llenará de vida nuestra existencia.

Que la Virgen Madre nos enseñe el arte de meditar todas loas cosas guardándolas pacientemente en el corazón.

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