23 diciembre 2011. Viernes de la cuarta semana de Adviento – Puntos de oración

1. No sé a vosotros, pero a mi personalmente, me encanta contemplar el nacimiento de Juan a solo 24 horas del nacimiento de Jesús…; como nos lo presenta la Liturgia de la Palabra en este día. ¡Es el precursor del Señor! Y como tal, vendrá a este mundo un poco antes que Él, para anunciar a todos los hombres, desde el primer momento, que el Señor ya está cerca…
2. La narración es sobria… Los vecinos y los parientes se congratulaban con Isabel por su maternidad, que revestía para ella, como para todos, una bendición.
a. A Isabel le desaparece el "oprobio" de la esterilidad.
b. Elísabet se regocija, porque se ha cumplido la predicción del ángel Gabriel…
c. Y los vecinos y parientes se regocijan con ella…
i. "El nacimiento de los santos produce la alegría de muchos, porque es un bien general. La justicia es una virtud común; por esto, en el nacimiento de un justo procede algún signo de lo que será su vida y se designa la gracia de la virtud que ha de seguir (figurada en la alegría de los vecinos)." (S. Ambrosio).
3. Al octavo día se practicaba la circuncisión. Era el rito por el cual un judío se incorporaba al pueblo de Israel. Todo ello en conformidad con la ley (Gen.17,12; Lv. 12,3).
a. Se le podía practicar por cualquier persona, hombre o mujer, y dentro de casa.
b. Dispensaba del reposo sabático.
4. Y aunque al principio no se hacía así, en la época neotestamentaria, se ponía el nombre al niño el día de la circuncisión.
a. Se solía elegir el nombre del abuelo, aunque más tarde, en la época que nos ocupa, también era factible poner el nombre del padre. Dada la avanzada edad de este.., resultaría normal el elegir su nombre…, Zacarías…
i. El nombre de Zacarías tenía un hermoso significado: Zacarías significa el que se acuerda de Dios…
ii. Además los misteriosos acontecimientos que habían ocurrido, la visión en el Templo, podrían haber aumentado el deseo de que el niño se llamara como su padre…
iii. ¡Pero era más hermoso el significado de Juan: "el que manifiesta a Dios…"! (Orígenes).
b. Es el momento en que Isabel interviene, manifestando que el nombre del niño será Juan.
i. ¡Extrañó este nombre por no haber nadie en la familia que así se llamase…!
ii. Pero Isabel no vacila…
iii. Ella sabría, por su esposo, que Dios mismo ya había dado nombre su hijo (Lc. 1,13).
c. Ante las dudas que se suscitan, preguntan por señas al padre, cual será su nombre… Este pide una tablilla de cera y escribe sobre ella: Juan es su nombre… Y al momento recuperó su voz…
i. Con razón se desató en seguida su lengua, porque aquella a quien había atado la incredulidad, debía ser soltada por la fe.
ii. Creamos también nosotros, para que nuestra lengua -que está ligada con los vínculos de la incredulidad- se desate por la voz de la razón.
iii. Escribamos en el espíritu los misterios, si queremos hablar; escribamos al Precursor de Cristo, pero no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón. Pues el que nombra a Juan, vaticina a Jesucristo. Sigue, pues: "Y hablaba bendiciendo a Dios". (S. Ambrosio).
5. Los vecinos, que fueron testigos del prodigio operado en el padre, "quedaron sobrecogidos", y pronto corrió la noticia por la montaña de Judea. Todo el mundo se preguntaba: "¿Qué va a ser este niño..?" pues nadie podía negar que "la mano del Señor estaba con él"
Admirémonos también nosotros al contemplar el evangelio de este día… Pues quien se admira ante el niño Juan, no podrá por menos de admirarse ante el Niño Jesús que ya llega y nos salvará…

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