16 marzo 2013. Sábado de la cuarta semana de Cuaresma – Puntos de oración

En este sábado el Evangelio de Juan  nos pone de nuevo frente al Señor. Cuando Jesús se hace presente en mi vida y eso lo hace de manera especial en este rato de oración, en silencio, a solas con él para luego en la oración  de la Iglesia, en la Eucaristía reciba la fortaleza para dar testimonio de Él.

“Y surgió entre la gente una discordia por su causa”. Para unos era el profeta, el Mesías esperado”. Pero otros no le aceptan por ser nazareno. No saben que nació en Belén, el pueblo de David…

Pero esta discordia no solamente son discusiones y palabras. Los guardias del templo habían sido mandados “para prenderlo, pero nadie le puso la mano encima”. Al volver los guardias del templo a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: “Por qué no lo habéis traído? Los guardias respondieron: “Jamás ha hablado nadie como ese hombre”.

Estos guardias observaron a Jesús para ver si cometía algún error  y le prendían. ¿Pero se encontraron con Jesús. Y afirman con rotundidad: “jamás ha hablado nadie como ese hombre”. No era un hombre corriente. Manifiestan su asombro y dejan traslucir su divinidad: jamás, nadie…

Y Nicodemo, ante la postura irreflexiva de los sumos sacerdotes y fariseos, les propone que deben de cumplir la ley, escucharle  y averiguar los hechos objetivos. Al faltarles argumentos le insultan.: “¿También tu eres galileo?

En este rato de oración pueden surgir algunas preguntas:

  • ¿Quién es Jesús para mí? ¿El profeta, el Mesías… o un blasfemo?
  • ¿Estoy dispuesto  a dar testimonio de él o a colaborar para que lo prendan?
  • La oración es para escuchar a  Jesús. ¿Pongo los medios  para escucharle?
  • “Jamás ha hablado nadie como ese hombre”. “Nadie le puso la mano encima”.
  • ¿Es Cristo para mí,  Dios, salvador y redentor?
  • ¿Por qué ponen todos los medios para eliminar al Inocente?
  • En realidad apenas puedo contestar a estas preguntas. En realidad este tú Señor  con tu presencia el desarmas todos los argumentos de tus enemigos.  Lo que me pides en esta oración  es que me ponga junto a ti. Que te siga. Así seré testigo  y dispuesto a dar la vida por ti.

Estamos en Cuaresma, lo que nos pides es que te conozcamos, te amemos y sigamos…

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