Ya estamos a mitad de la cuaresma y se acerca el gran momento del amor, del perdón, del dolor, de la resurrección. Podríamos empezar con alguna petición en este sentido, como la de “Señor, que vea todo con tus mismos ojos”
También estamos en medio de la elección del nuevo pastor de la Iglesia y hay que pedir.
La oración de hoy la vamos a hacer la por el método de las tres potencias: recordar las ideas y los hechos. Reflexionar sobre ellas y sobre las implicaciones en mí y en los demás, incluido un posible cambio de vida. Amar. Amar mucho al Dios que aparece en el trasfondo, vivir mi pecado como algo muy malísimo, pero que confesado y ofrecido al Señor, me lleva a la humildad y por tanto a la unión con Él y a la paz alegre.
Otra posible petición para todo el día es la del responsorio: ¡Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor, no endurezcáis vuestro corazón!
Empezaremos por la primera lectura que es de Isaías. La puedes leer un montón de veces para identificarte con ella. Dios desea intensamente: “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo” ¿Qué quiere decir que Dios es mi Dios?, evidentemente que no tendremos otros dioses. En el antiguo testamento lo otros dioses eran Baal y otras tonterías. Ya Jesús cambia de perspectiva y dice: no podéis servir a dos señores, no podéis servir a Dios y al dinero. En estos momentos de crisis es más emocionante eso de no servir al dinero, porque ahora que se tiene menos de lo que se estaba acostumbrado, nos agarramos aún más a él. No esperarás que tus dificultades las resuelva el dios dinero. No le estarás mirando continuamente ni hablando de él más tiempo que de Dios Padre. Otro Dios importante es el siguiente, al que se invoca cuando aparentemente el problema no me supera tanto. Cuando tengo una dificultad delante pienso si la puedo vencer yo (o con las ayudas que me busque). Si es así me siento seguro, no necesito nada: el dios yo. Desgraciado del hombre que pone su confianza en otro hombre.
“Y vosotros seréis mi pueblo” ¿Qué es ser su pueblo? En primera aproximación vivir con bienes tangibles. En una mejor precisión vivir en paz y feliz. En el antiguo testamento solo apuntan a la primera. Jesús nos lleva a la segunda.
La actual situación de crisis, también se podría ver bajo esta panorámica. Dios actúa a través de las causas segundas. La biblia interpreta la historia a través de estos conceptos y “por no escuchar Su voz” “los azares de la vida” llevaron a los judíos (judíos y benjamincitos) a la primero a la cautividad de Babilonia y luego a la casi destrucción; de las otras diez tribus de Jacob, no quedaron sino unos pequeños restos, resumidos actualmente en vestigios en la región de Samaria. ¿Qué nos dice la historia leída a los ojos de Dios? ¿Si Dios actuase (que si que actúa) en la historia, qué haría a las sociedades donde se adora al dinero, donde se dice si al egoísmo, al divorcio, a la muerte de los niños?
Además de la historia de las naciones, podemos pensar en la personal de cada uno, en mi historia. ¿A quién adoro?
El texto dice: “les envié a los profetas un día y otro día” ¿A mí me ha llegado alguno de ellos? ¿Alguna vez he recibido un mensaje de Dios? ¿Cuáles? ¿Les hago caso?
¿Cómo hizo estas cosas la Virgen?
Postrarme psicológicamente y aun realmente ante Dios para decirle: ¡Ojalá escuche hoy tu voz…! ¡Ojalá escuchemos hoy tu voz…!
El evangelio también es muy sugerente.