De nuevo volvemos nuestros ojos hacia el Evangelio con el deseo y la intención de que Jesucristo nos hable por este medio.
- Después del viaje por Galilea, S. Marcos nos dice que Jesús regresó a Cafarnaúm... Pronto se conoce su presencia en el lugar, y acuden tantos a escucharle, que ni a la puerta cabían...
- Es entonces cuando sucede un hecho pintoresco... Cuatro individuos transportan a un paralítico, y no sabiendo como introducirle.., terminan por subir al techo de la casa, y abriendo un boquete, deciden descolgarle desde allí hasta el interior...
- Entre los presentes se encuentra un grupo de escribas que observan... Jesucristo ya ha despertado suspicacias en ellos, pero lo que ahora escucharán y contemplarán, va a superar sus límites humanos...
- S. Marcos abusa en detalles, que no pueden proceder, sino de un testigo ocular...
- Al ver abrirse el techo y entrar aquel imprevisto visitante.., Jesús se admira y exclama: "Hijo, tus pecados te son perdonados". Jesús emplea una fórmula discreta... Pone el acento más en el resultado que sobre el autor. Sin embargo, deja entender que obra por propia autoridad...
- Es entonces cuando salta la alerta... ¡Ni siquiera el Mesías se atrevería a manifestar tal pretensión..! ¡Luego, aquel hombre es un blasfemo..!
- Jesús ha leído estas reflexiones en aquellos corazones.., pues nada está oculto a sus ojos.., y es ahora cuando confirmará que tiene derecho a hablar así, la prueba será el milagro. "¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y echa a andar? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados- dice al paralítico: "Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa".
- Jesús ha dicho dos palabras: la más fácil: "Tus pecados son perdonados", y la más difícil: "Levántate y anda..." "Los milagros prueban el poder que Dios tiene sobre los corazones, mediante el poder que ejerce sobre los cuerpos..." (Pascal).
- La curación del paralítico nos ofrece una magnífica oportunidad, para saber cómo juzgamos a Cristo, y lo que Cristo nos dice, a aquellos que hoy le contemplamos en un rato de oración personal... ¡Atrévete a pensarlo.., y sabrás en qué lugar te encuentras... "La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: Nunca hemos visto nada igual".