26 enero 2014. Domingo de la tercera semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

  1. Oración preparatoria hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en pie en presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.” (EE 46)
  2. Petición. Hacemos nuestra la oración colecta de la misa y le pedimos al Señor: “Ayúdanos Señor a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto.”
  3. Puntos para orar: Jesús empieza la vida pública y en su primera predicación nos pide la conversión de nuestro corazón: “convertíos porque está cerca el reino de los cielos”. Dios viene a nosotros y nos pide la conversión de nuestro corazón. Él ha dado el primer paso de ese encuentro de amor que quiere con cada hombre. Ahora nos toca a nosotros responderle. Y responderle es cumplir los mandamientos. Ordenar nuestra vida según la voluntad de Dios. Buscar la voluntad de Dios en todas las facetas de mi vida para una vez buscada y hallada, seguirla y cumplirla con fidelidad. Dios es un dios amigo del hombre. Su voluntad es nuestro bien y nuestra felicidad. Una reflexión más: hoy domingo a final de mes, en muchas provincias, los cruzados de Santa María, los militantes y los colaboradores dedicamos el día a hacer un retiro, es decir, a insistir más en la oración, a profundizar en la relación con el Señor, a pedirle fuerzas, a pedir por tantas necesidades propias y ajenas como tenemos. Si acaso no podemos participar en ninguno, el domingo debe de ser un día especialmente dedicado al Señor: buscar la hora más adecuada para participar en la misa y vivirla con calma y solemnidad, dedicar algún rato extra a la oración y a la lectura de algún libro espiritual, especialmente la Palabra de Dios en la Biblia, a fomentar el sano descanso y esparcimiento y las relaciones familiares y con nuestros amigos. El día festivo del domingo está hecho para el hombre, para nuestro bien y de los que nos rodean. Como Jesús en el evangelio, el domingo está para hacer el bien y no el mal, salvar las vidas y no dejarlas morir.
  4. Unos minutos antes del final de la oración: Avemaría a la Virgen y diálogo filial con ella. Pedirle que me acompañe ella durante el día para hacer lo que le agrada a Jesús.
  5. Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para enmendarlo.
  6. Y un propósito: vivir el resto del domingo en unión festiva con Dios, dedicado a hacer el bien a los que me rodean.

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