Espero que te ayuden estas
palabras que te pongo a continuación para llevar a cabo con fruto este rato de
oración. Sería bueno, si es posible, que realices tu rato de oración delante de
Cristo en la Eucaristía. Si no es posible porque no cuentas con esa
posibilidad, dedícale este tiempo al Señor en la soledad acompañada por Él.
Empezamos nuestra oración invocando
al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el
fuego de tu amor”.
“Cuando levantéis al Hijo del hombre,
sabréis que yo soy”.
Ya sólo quedan 5 días para el
comienzo de la Semana Santa. Te invito a preguntarte ahora: ¿te estás
preparando bien para vivir la Semana Santa? ¿Te has ido ya al desierto a
acompañar a Jesús, que casi lleva 40 días allí?, sino es así ¿a qué estás
esperando? Ánimo, Jesús te espera siempre hasta el último segundo. Prepara bien
el corazón porque cuando levantemos, tú también, al Hijo del hombre le
reconoceremos tal cual es; entregando todo el amor posible a nosotros, a ti.
Al igual que Moisés levantó la
serpiente en el desierto, así es levantado el Hijo del hombre. Cuando Moisés
levantaba la serpiente de bronce que simboliza el pecado, lo que te hace morir,
la gente se curaba y se salvaba. Del mismo modo, Jesús en la cruz se hace
pecado por nosotros y es levantado, y con ello destruye la muerte eterna y nos
salva. Preparémonos para recibir el mayor regalo del mundo que es nuestra
salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, cuya muerte nos dio la Vida.
Pedimos la intercesión de la Virgen
María, nuestra madre, para que nos ayude a vivir estos últimos días de preparación
antes de la Semana Santa.