31 marzo 2018. Sábado Santo – Puntos de oración


Hoy es el día más mariano del año.
Muerto y sepultado Jesús, el Señor, la Iglesia solo existe en María, la discípula creyente y fiel, la mujer de fuerte esperanza. Nos apiñamos en su entorno, como las mujeres dolientes y amantes de Jesús, y aunque apenas entendemos nada del misterio de Jesús, queremos que la actitud, el ejemplo y la intercesión de María nos empujen a vivir de fe y amor.
¿Qué hace María, cómo cree y ora María en estas horas del sábado santo? En realidad, no hace nada: El dolor tan grande, tan imposible de describir, la hubiera matado si no hubiera recibido una asistencia especial de Dios, pero toda su alma y corazón están como anegados en un padecer inimaginable.
¿Qué hace María el sábado santo? Padece con paciencia incansable, acoge el misterio de la voluntad de Dios y con una fe sobrehumana repite: “He aquí la esclava, hágase”.
María cree en la entrega de su hijo hasta el extremo del amor, y sabe que ese Amor y ese Hijo no pueden morir para siempre. María, más allá de toda esperanza, cree en la Resurrección y confía que, como dijo Jesús, “cuando sea levantado en la cruz, atraeré a todos hacia mí”, por tanto espera la Gloria de Jesús y la Salvación de todos.
¿Qué hace María el sábado santo?  Podemos acompañarla “repasando” lo que ha visto y vivido en las últimas 48 horas; porque esa era su costumbre ante los misterios de la vida de su Hijo, desde el nacimiento. Y “reflectir”, reflejar en mi propia persona, lo que le ha ocurrido a Jesús:
-          Cenáculo y lavatorio, Eucaristía y el discípulo recostado en el pecho del Amor,
-          Getsemaní, Dios que llora sangre en soledad y el discípulo hipócrita que besa.
-          “Abandonándole todos, huyeron”
-          Silencio de Jesús y un griterío ensordecedor: ¡Blasfemia, maldito de Dios, reo de muerte!
-          Chasquidos de bofetadas, burlas y soberbia: “Adivina, ¿quién te ha pegado?”
-          Y así, si te ayuda, repasa la Pasión y Muerte de tu Salvador.
 En compañía de María, seguro que obtenemos un gran fruto.

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