Espíritu Santo, concédenos durante la cuaresma el deseo de no ayunar de
Ti, de participar diariamente del encuentro con Cristo. Sólo Él puede colmar
nuestra vida.
Si tuviera que resumir el Evangelio de hoy, diría: "el que no es
feliz, es porque no quiere". Y es que Jesús está dispuesto a concedernos
todo lo necesario para ser felices si se lo pedimos con fe. ¿Qué le pides tú al
Señor? ¿Qué crees que te va a dar la felicidad?
Ahora bien, querido lector, te lanzo una pregunta: si un hijo nos pide
una piedra para comer, ¿qué le daríamos? ¿Y si nos pide una serpiente?
Pues de cuántas cosas más nos libra nuestro Padre que está en los cielos...