No he venido a abolir la Ley, sino a darle plenitud. Abraham supuso el paso
de la idolatría a la fe en Yavhé, único Dios. Moisés fue la bisagra en la
historia de la salvación, entre la fe individual y la toma de conciencia de
pueblo elegido por Yavhé.
¿Y Jesús? ¿Qué supuso Jesús? Él marcó un antes y un después entre la fe
basada en normas e ideas y una fe encarnada.
Cada creyente, todos, tú, yo, hemos de hacer el mismo camino interior
que hizo Israel, para acoger la historia de la salvación en nuestras
vidas:
· Pasar de la idolatría a
la fe en el único Dios.
· Experimentar la larga
esclavitud por nuestros faraones interiores.
· Optar por la salida de
nuestros Egiptos, y hacer un camino de conversión interior, atravesando largos
desiertos.
· Acoger a un Mesías que
viene a salvar, no desde la Ley y con recetas teóricas o políticas, sino desde
la cruz, abajándose, haciéndose nada, por amor a cada uno.
El binomio Encarnación-Pasión-Muerte-