20 marzo 2022, domingo de la 3ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

Nos acercamos a la oración probablemente llenos de temores, de esa agitación que el mundo nos transmite. Por otra parte, la experiencia nos ha enseñado, una y otra vez, que el amigo con el que nos vamos a encontrar es Aquel al que los vientos y el mar obedecen. De Él esperamos recibir la dádiva de la paz.

La primera lectura nos habla de la revelación del nombre de Dios a Moisés. Ese nombre refleja la realidad de la persona. Es un Dios de la justicia, que ha visto la opresión de su pueblo, de la que le quiere librar, y actúa para hacerlo. No es un Dios distante, actúa sobre la historia, actúa sobre nuestra historia. Aunque hay momentos, como el actual, que nos asusta la fuerza que tiene el mal. 

Ese Dios se revela en el Nuevo Testamento como liberador de la opresión del pecado, como padre de infinita paciencia con el pecador, como aquel que distingue entre el pecado y el pecador, como aquel viñador que busca, de mil maneras, revitalizar a su higuera. Esta liberación Dios no la puede llevar a cabo sin una pequeña colaboración por nuestra parte. Por eso el evangelio nos invita a la conversión y nos habla de la paciencia de Dios, que espera que volvamos a Él, como en la parábola el dueño de la higuera espera pacientemente a que dé fruto. 

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