19 marzo 2022, sábado de la 2ª semana de Cuaresma. San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María. Puntos de oración

Solemnidad de san José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal.

Nos acogemos a la protección de san José al inicio de este día y en particular de nuestra oración. Al padre Morales le gustaba repetir de san José que es tardón pero seguro. Con la confianza de que Jesús le está sujeto en el cielo como lo estuvo en la tierra a san José, le pedimos hoy en su fiesta, al santo del silencio, al hombre justo según el Evangelio, que nos proteja y nos guíe hacia Dios. Que como él no temamos recibir a María y al Verbo Encarnado en nuestras vidas y a formar parte de su familia, la familia de Dios.

El año pasado vivimos un año santo de san José, con motivo del 150 aniversario de la declaración de san José como patrono de la Iglesia universal. El papa Francisco en la carta de presentación Patris corde (corazón de padre) resume la vida y santidad de San José en siete puntos: padre amado, padre en la ternura, padre en la obediencia, padre en la acogida, padre de la valentía creativa, padre trabajador y padre en la sombra.

Pasemos por el corazón estos rasgos, deteniéndonos en los que más nos llamen la atención. Personalmente sugiero meditar la paternidad de José. Llama la atención que todos los rasgos que resalta el Papa se refieran a su ser de padre. Nos dice el Evangelio del día de hoy que José, venciendo sus miedos, recibió a María como esposa, de la cual nació Jesús. Dios ya había prometido al rey David una descendencia perpetua, de la cual él sería padre. Pero puede no ser fácil entender la paternidad de José, ni la de los cristianos. La paternidad de San José y de todos los cristianos se comprende desde la fe. Según la carta a los romanos que dice: no fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Debemos ver a José como el primer padre del nuevo pueblo de Dios, el nacido de la fe en Jesucristo. Del pueblo extendido de oriente a occidente, es decir, por todo el mundo.

Y de la fe brota de manera natural la obediencia. Cuando José se despertó del sueño, es decir, cuando tomó conciencia de su fe, obedeció e hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Cumplió con sus obligaciones de esposo y padre de familia, empezando por poner un nombre a su hijo.

Finalmente meditemos que la paternidad fecunda que brota de la fe no tiene por qué ser llamativa, no suele serlo. José la vivió en el anonimato, en la vida ordinaria de una familia, de su profesión y de su pueblo. Vivió como nos dice el padre Morales en la semblanza: vida oculta con María en Cristo para el Padre… Una hostia de gloria y alabanza para el Padre.

¡Feliz oración, feliz día del padre y feliz día de san José! 

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