18 marzo 2022, viernes de la 2ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

Hoy la escritura nos muestra cómo puede endurecerse el corazón del hombre con el pecado. La envidia, en la primera lectura, es la causante de que José sea vendido como esclavo. En el evangelio la parábola describe la crueldad de los labradores con la que Jesús pone en evidencia a los fariseos. Esto nos pasa a nosotros, el pecado nos endurece y dejamos de dar fruto. Aunque suene a amenaza, Jesús nos recuerda qué es lo que frena ese fruto y nos aleja de su reino, para devolvernos de nuevo al camino.

Somos unos afortunados, vivimos con cierta comodidad, estamos bien acompañados y tenemos la gracia de la fe. Nuestra vida es un gran tesoro y lo único que se nos pide es dar fruto. Os animo a buscar qué cosas os frenan y a elegir una, tan sencilla como las mangas de una túnica que provocaron la venta de José. Adentraos en cómo, eso mínimo, nos endurece, nos encierra. Y luego recordad que lo único que se nos pide es estar abiertos, como un campo que recibe las semillas, la lluvia y el sol. Y a partir de ahí conversad con quién siempre nos espera. 

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