4 marzo 2022, viernes después de Ceniza. Puntos de oración

Primer viernes en tiempo de Cuaresma. Oración y ayuno, penitencia y limosna. Tiempo para pedir insistentemente. ¡Dame un corazón nuevo! ¡Devuélveme la alegría de la salvación! Un corazón quebrantado y humillado Tú, Oh Dios, no lo desprecias.

Atentos a la pregunta: ¿por qué razón tus discípulos no ayunan? Esto chocaba, era escandaloso. Jesús les contestó: Los invitados a la boda... Esta respuesta debió provocar estupor. Esa imagen significa alegría y fiesta.

Nosotros somos los invitados. Jesús es este "esposo" misterioso que invita a su boda. El ayuno no tendría sentido. El tiempo de Jesús es un tiempo de felicidad y júbilo intensos. Los tiempos mesiánicos ya han llegado: Dios se ha desposado definitivamente con la humanidad -y contigo- "para lo mejor y para lo peor" y nos invita a festejar ese gran acontecimiento.

¿Respondo a su amor? ¿Cómo? ¿Vivo todos y cada uno de los días como un "invitado a la boda”? Y la misa, ¿la considero como un "banquete de boda"? ¿Es una "cita de amor", un lugar privilegiado de encuentro, de diálogo, de silencio para escuchar? 

-Pero llegará el día en que se lleven al esposo: Entonces ayunarán.

Es el primer anuncio de la Pasión. Sobre esta intimidad planea una sombra. Jesús hace alusión a su muerte y, más allá de esta muerte, al misterio de la separación aparente, de la ausencia del esposo. 

Ausencia, pero presencia. El misterio salvador de la cruz, imponente, se renueva sacramentalmente sobre el altar y puedo unirme a él. ¡Es de locos! ¿En cada misa me uno con verdadero deseo a Cristo en la cruz? ¿Me ofrezco juntamente con Él? ¿Entiendo que mi vida entera es entonces corredentora? 

Pasión, cruz, sufrimiento, muerte. Pero también gloria. La gloria de Cristo que ilumina y da valor de eternidad a todo lo que me toca vivir.

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