30 septiembre 2010, jueves de la XXVI semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

El Evangelio de hoy corresponde al comienzo del capítulo 10 de San Lucas, donde se nos narra que el Señor envió a “otros setenta y dos”. De esta expresión se deduce que tuvo que haber otros enviados anteriormente. Efectivamente, el miércoles 22 se nos leía el comienzo del capítulo 9 del mismo Evangelio, donde también se nos narra cómo Jesús reúne a los doce apóstoles y “los envió a proclamar el reino de Dios”. En estos últimos podemos ver reflejada la misión de los apóstoles y de sus sucesores los obispos, puesto que, además “les dio poder y autoridad” y “luego los envió a proclamar el reino de Dios”

Frente a este grupo minoritario de discípulos escogidos, encontramos hoy un segundo grupo más numeroso de discípulos que fueron enviados “por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y ciudades adonde pensaba ir él”. En este grupo de seguidores de Jesús es donde nos encontramos nosotros. Aquí cabemos todos aquellos que, sin ser sacerdotes ni monjas, somos enviados por el Señor.

Nosotros, al igual que aquellos, somos enviados por delante del Señor. Es decir, somos su avanzadilla. El Señor nos manda a todos aquellos lugares donde él quiere hacerse presente: tu facultad, tu colegio, tu familia, tu pandilla, tu equipo de fútbol, tu barrio, tu pueblo, etc. Tu eres el que, con tu palabra, tus obras, tu ejemplo, tienes que preparar el camino al Señor. Y en este curso 2010-2011 con más motivo, con el horizonte de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid en este mes de agosto.

Este verano vendrá nada menos que el Papa Benedicto XVI, el representante de Cristo en la tierra, y a ti y a mí nos envía el Señor por delante a preparar los lugares y los corazones donde quiere hacerse presente.

La mies es abundante y los obreros pocos, nos dirá el Señor; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. La misión es ingente, la tarea nos desborda, por eso hemos de suplicar al Señor que mande más obreros, pues son muchos los que están llamados a colaborar en la extensión del reino, no sólo los setenta y dos del Evangelio. Son muchos los voluntarios que se necesitan, todas las manos son bienvenidas y muchos amigos y compañeros nuestros están esperando que alguien les diga: “Está cerca de vosotros el reino de Dios”, tan cerca que… ¡es este verano!

¡Poneos en camino! No perdáis el tiempo, pues agosto está encima y cuando os queráis dar cuenta puede ser tarde. Pero, ¡atención! “que os mando como corderos en medio de lobos” Las dificultades no van a faltar. No siempre seréis bien recibidos, pero no dejéis que la desesperanza ni la mediocridad del mundo que pisáis se os peguen. Sacudiros el polvo de la indiferencia y el escepticismo que se os pegará como se pega el polvo del camino, y proclamad a los cuatro vientos que está cerca el reino de Dios.

Que Santa María, en este mes del rosario que comenzamos, nos ayude.

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