Vamos a la composición de lugar, en el más puro estilo ignaciano. Os copio un texto descriptivo que nos ayudará para ello.
- “El escenario donde ocurre la narración de hoy es el Templo de Jerusalén:
- Un extraordinario conjunto arquitectónico que abarcaba un rectángulo de unos 500 x 340m.
- Estaba rodeado de un muro con torres en los ángulos.
- Dentro del Templo había un patio de 225m. de lado que circunvalaba al santuario que se encontraba en el centro.
- Toda la explanada estaba rodeada de pórticos.
- El pórtico del sur se encontraba sostenido por 42 columnas de 28m. de alto.
- Si se miraba al este, estaba el pórtico de Salomón, con 268 columnas de mármol de 11m. de altura.
- Y en Patio de las Mujeres se hallaban los cepillos de las limosnas, llamados “gazofilacios”, palabra compuesta de una expresión aramea y otra griega: Gaza (riquezas) y filattein (guardar), porque era el lugar donde se depositaban las limosnas.
- Había 13 cepillos (gazofilacios) diversos, con forma de trompeta de metal.
- El sonido que producían las monedas al caer.., indicaba si la limosna era cuantiosa o era pequeña…
- Cada gazofilacio tenía una inscripción que indicaba el destino del dinero que se depositaba en él…”
-
Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero:
- Creo que el dinero ha sido siempre la expresión del corazón… Algunos dicen que esto es debido a que “la cartera” es lo que está más cerca del mismo…
- Lo cierto es.., que quien no es generoso en lo material, tampoco lo suele ser en lo espiritual…
- La generosidad varía de situaciones a situaciones, y a veces solemos justificarnos diciendo que no podemos.., no está a nuestro alcance.., no nos sobra…
- Si puede ser verdad esto, a nivel material.., nunca lo es a nivel espiritual.., pues todos somos “inmensamente ricos”, ante los dones de Dios recibidos en esta vida… Otra cosa es que seamos conscientes de ellos…
- En este día, os invitaría a ponderar vuestra generosidad en el espíritu.., pues sé que materialmente ya lo sois… Es decir, en lo que tienes de más genuino y personal: talento.., cualidades humanas.., carácter.., tiempo.., servicio.., espiritualidad.., o vida interior, por decirlo todo en un par de palabras…
Escribió Martín Luther King: “Todo el mundo puede ser grande.., porque cualquiera puede servir. Para eso no necesitas tener un título universitario. No necesitas hacer que sujeto y verbo concuerden. Lo único que necesitas es un corazón pleno de gracia, un alma nacida del amor.”
Los otros dos grandes valores que se desprenden de evangelio de hoy, serían la sencillez y la humildad, pero estas las dejo a vuestra consideración personal.
