14 septiembre 2012. Exaltación de la Santa Cruz – Puntos de oración

Hoy viernes, 14 de septiembre, día de la semana en que recordamos la muerte de Cristo en la cruz, coincide con la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

Esta fiesta se empezó a celebrar en la Iglesia al día siguiente de la fiesta de la dedicación de la basílica de la Resurrección, erigida sobre el Sepulcro de Cristo, en Jerusalén.

Se presenta así la Cruz de Cristo como símbolo de su victoria y signo que aparecerá en el cielo anunciando a todos la segunda Venida.

Oremos pues hoy junto a esta Cruz que nos trajo la salvación, donde Cristo se entregó por nosotros, se entregó por mí.

Pidamos al Señor que nos limpie también a nosotros de toda culpa, él que, ofrecido en el ara de la cruz, quitó el pecado del mundo.

Pidámosle: Señor Jesucristo, lleva a la gloria de la resurrección a los que has redimido en el madero salvador de la cruz.

Pidamos, pidamos con insistencia, pidamos por todos los que nos rodean, por aquellos que vamos a tratar en este nuevo curso, por nuestros amigos, por nuestra familia, por los que más queremos, por los más alejados.

Y demos gracias también al Padre por el gran don de su Hijo en la cruz. Siguiendo el texto del prefacio de la misa de hoy, hagámoslo, porque es nuestro deber y salvación darle gracias siempre y en todo lugar.

Porque él ha puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que donde tuvo origen la muerte (por el árbol del paraíso), de allí resurgiera la vida, y el que venció en un árbol (el maligno), fuera en un árbol vencido.

Reflexionemos: ¿Cómo poner la cruz de Cristo en el centro de nuestra vida, que es ponerle a Él? Empezar con pequeños gestos: la cruz en la mesilla de noche y en la mesa de trabajo o estudio en casa. La cruz al cuello o en el bolsillo cuando voy por la calle, al trabajo o al estudio, en los ratos de ocio y en los ratos de convivencia con mis amigos o mi familia.

Dedicar tiempo a meditar sobre el misterio de la cruz. Oración tranquila y pausada que nos ayude a penetrar en ese que es el verdadero misterio, con mayúscula, que encierra tanta sabiduría y tanta misericordia.

Cristo en medio siempre, clavado en su cruz, anunciando la salvación. Poco a poco nuestra vida irá transmitiendo eso.

El modelo: la Virgen María. Ella estaba al pie de la cruz, recibiendo la divina gracia, meditando en su corazón y derramando luego desde el cielo a todos sus hijos las gracias recibidas.

María, enséñame a estar, enséñame a creer, enséñame a entregarme.

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