4 septiembre 2012. Martes de la XXII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Lo primero es imaginarlos la situacn: un local rectangular, sin altar y en la parte delantera un estrado para poder ver al orador. Jesús se adelanta con sencillez, pero no puede ocultar el imperio que lleva dentro. Se pone de pie, desenrolla uno de los libros de la ley y lee un poco. Luego lo explica, pero enseguida se va por otros lados: Habéis do que se os ha dicho: ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y en especial a tu cuñada y al jefe de tu oficina y a tu suegra y al novio que te dejó plantada y embarazada. Reza por ellos. No se basa en el antiguo testamento, sino en Él mismo. ¿Y quién es Él para decir algo diametralmente distinto de lo del Antiguo Testamento? O mejor dicho, ¿cómo demuestra que está por encima del mismo? Porque por poder decir, cualquiera puede decir cualquier cosa; ahora hace falta demostrar que lo dicho es cierto. Él lo demuestra así: Yo hago milagros en mi propio nombre, luego yo soy Dios, luego conozco toda la naturaleza y al hombre por dentro y sé lo que es mejor para el hombre, ¡lo hice yo!
¡AMA! ¡Ama y serás feliz!, ahora, dentro de un año, dentro de diez y dentro de doscientos, porque vas a vivir todos esos años y más. Ahora estás entrenándote para vivir amando y a partir de un cierto momento seguirás viviendo como has aprendido. Yo se me eso porque yo he bajado del cielo y me conozco todo.
Yo estoy sentado en las primeras filas y me lo dices a mí. Me miras y me lo dices.

Otros decían cosas basados en el texto del Antiguo Testamento que daba autoridad a lo que decían. Jesús habla con autoridad proveniente de Él mismo.
Luego nos dice a todos, o mejor. Como lo dice pensando en mí, lo escribiré en la forma verbal correspondiente: Te voy a decir cómo hay que llamar al Dios, al Creador, el Innombrable, al Todopoderoso. Hay que llamarle Padre. Es su nuevo nombre. y yo somos hermanos y los dos hijos del mismo Padre. Pero no contento con esto, poco después Él mismo le llama abba padre, padrecito querido. Yo me sorprendo: ¿Dios es mi papá querido? He ido por la vida sin darme cuenta de ello.
¡Dios es mi Pa! Luego seguro que me está haciendo regalos de continuo, me está acariciando sica y psicológicamente. Este es un buen momento para ver sus regalos. Los de hoy, los de ayer. Seria buen momento para fijarnos en los pequos detalles que tiene con migo. Seria buen propósito para hoy fijarme en sus detalles y darle las gracias y si te atreves: besarle psicológicamente la mano.
A  continuación  pone  un  ejemplo  de  lo  dicho.  Hay  un  hombre  poseído  del  demonio  y hablando con autoridad le dice: enmudece y sal de él” y sale y se queda sano. Como hombre, ama a uno al que ni siquiera conocía. Como Dios realiza un acto que lo Él puede hacer. Como verbo del padre, expresa en ese hombre las ternuras de Dios.
María está sentada por la parte de atrás (creo que las mujeres estaban así) y se le ensancha el corazón. Ya desde antes pensaba algo parecido socorrió a María, parte de su pueblo, como lo haa prometido a Abrahán y sus descendientes para siempre y se acuerda de los regalos de hoy y de los de ayer y se siente tranquila en los brazos de su PADRECITO.
Jesús me mira, me guiña el ojo y me dice: ¿te gusta la madre que te ha regalado nuestro Papá? Eso si que es una caricia que además sólo la sientes los católicos y pocos s.

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