Mi primer momento para hacer estos minutos de oración personal con el Señor es ponerme en su presencia y hacer el ofrecimiento de todas las obras de este día. Siguiendo a san Ignacio de Loyola, nos pide que al momento de iniciar nuestra oración lo hagamos así: “Es pedir gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad”.
- “Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue yendo a Jerusalén para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboán, rey de Judá”. La actitud de querer volver a Dios, eso es lo que se nos pide en el día a día, estar siempre empezando con una energía más positiva, como cuando comienzas una actividad que te encanta, siempre buscando el lado más sencillo y agradable.
- “Jeroboán no se convirtió de su mala conducta y volvió a nombrar a gente de la plebe como sacerdotes de las ermitas de los altozanos”. Buscar en que hemos fallado, para volver a empezar no como Jeroboan.
- “Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer”. La lástima es como la paciencia, la que Jesús tiene con nosotros, lo hace encantado por el gran amor que nos tiene, como no responderle con nuestro amor, teniendo serenidad para comenzar después de un desliz.
- “Mandó que la gente se sentara en el suelo: tomó los siete panes, pronunció la Acción de Gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran”. Como Jesús reparte la comida, también reparte su amor para con nosotros, ese amor que es capaz de dar la vida, debemos dejarnos arrastrar de este amor y repartirlo allí donde estemos.
- “La gente comió hasta quedar satisfecha”. Tener la esperanza de que siempre Dios nos va a dar todo lo que le pidamos, con una fe en la confianza todo se puede debemos pedir, como no pedir por todos nuestras familias y conocidos.