18 febrero 2014. Martes de la sexta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Iniciamos nuestra oración poniéndonos en la presencia de Dios y haciendo la ofrenda de nuestras cosas y personas. Hoy le vamos a pedir al Señor por el Papa Francisco. Cuando leemos los escritos del Papa, parece que va mucho más delante de nosotros, como que ve cosas que no somos capaces de imaginarnos. Le pedimos al Señor que nos ayude a comprender la alegría del Evangelio.

El evangelio de la misa de hoy duele porque vemos quejarse a Jesús. Pocas veces Jesús se queja en el Evangelio pero en esta ocasión salta porque ya no puede más. Le duele la desconfianza de los más cercanos. Cuando alguien nos hace daño o desconfía de nosotros; si es de alguien lejano, no nos duele demasiado, pero si ese daño viene de alguien que está cerca, que convive todos los días con nosotros, nos duele mucho más.

Cuando Jesús se duele tan profundamente, como nos lo narra el evangelio de hoy, es porque Él ha puesto toda su confianza en los discípulos. La confianza es una de las pocas cosas que tenemos que poner de nuestra parte en la relación con Dios, casi todo lo demás nos lo da Él. La falta de confianza es dolorosa porque indica que falta el amor.

Si falta la confianza en Dios es imposible ser cristianos enteros: haz en este rato de oración actos continuos de confianza. Utiliza en numerosas ocasiones esa letanía que tantas veces se ha repetido en la oración de la Iglesia:

CORAZÓN DE JESÚS: ¡EN VOS CONFÍO!

Repítela muchas veces, una y otra vez, hasta que se haga parte de tu vida.

Termina este rato de oración pidiéndole a la Virgen Madre que aumente tu confianza en Dios. Ella es el ser humano más grande porque siempre confió en el Señor. ¡Madre danos tu confianza, danos tu fe!

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